Capítulo 11.

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Los chicos accedieron a llamar a un taxi y acompañarnos al pueblo, según ellos no tenían nada que hacer.

Nos pusimos en camino nada más terminar la llamada, nos esperaba 15 minutos de camino hasta llegar fuera de las afueras.

Al fin llegamos a la calle que nos había indicado el taxista, pero todavía no se había presentado.

A los 5 minutos llegó y parecía buena persona, comparado con el taxista de la anterior noche.

El viaje fue en resumen, canciones y muchas risas, me recordaba a mi infancia cuando íbamos de viaje en autobús con los profesores del colegio.

+Muchísimas gracias, ha sido usted muy amable.

-Gracias a vosotros, que sois muy simpáticos, y en agradecimiento os regalo el viaje, no tenéis que pagarme nada en efectivo, ya me habéis pagado con vuestra actitud.

Insistimos en pagarle, pero el hombre era muy cabezota, así que al final se salió con la suya. Nunca habíamos conocido a un taxista tan majo.

Primero fuimos a casa de mi prima para que cogiera algunos pantalones, camisetas, un pijama y como no, sus zapatillas de vaca.

Mientras ella preparaba su ropa, Álex y yo nos sentamos en el sofá y Sergio la interrumpió.

-Katrina, ¿por qué coges tan poca ropa?

+No me voy de mudanza, no necesito tanta ropa.

-Coge toda tu ropa.

+¿Para qué?

-Os veniis a vivir con nosotros.

+Sergio, no digas tonterías, nos acabamos de conocer, mi prima está estudiando aún y no necesitáis a ninguna chica en casa.

-Yo a tí si te necesito, no eres como las demás, eres diferente.

+¿Y mi prima? ¿Se queda sin estudios o qué? Sergio...no.

-Katrina, tu prima puede seguir estudiando, eso no tiene por qué ser un problema.

+Bueno...en eso tienes razón, pero sus padres no van a querer.

-Déjame tu móvil.

+No vas a poder convencer a sus padres, son muy cuidadosos con ella, además Sergio, no es el momento para mudarnos allí.

-Lo será, pero al menos quiero que os quedéis una semana de prueba.

+No me has convencido del todo, pero estaría bien.

Las idiotas también se enamoran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora