Capítulo 15.

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Ya hecha la cena, Katrina, Álex y Sergio prepararaban la mesa mientras yo repartía la comida.

Terminados de cenar nos lavamos los dientes mientras pensábamos en jugar una partida de Slenderman o Minecraft. Puesto a que la otra noche habíamos jugado a Slender nos decidimos a jugar al Minecraft por parejas; Katrina y Sergio en un portátil y Álex y yo en otro. El reloj señalaba las 23:45 y decidimos terminar la partida porque Sergio tenía sueño y mi prima no tenía ganas de jugar más. Ellos se acostaron y se dispusieron a dormir. Álex y yo no sabíamos qué hacer a continuación y como todavía era pronto para nosotros le pedí que me enseñara la música que tenía en su móvil. Era genial conocer a un chico con los mismos gustos que yo, lo mismo pensaría Katrina de Sergio.

Pasados tres cuartos de hora nos entró sueño y a Álex le entró un poco de fiebre así que me puse mi pijama para dormir en poco tiempo al igual que Álex.

-Estás preciosa.- dijo Álex cuando me vio entrar a la habitación con el pijama.

+Pero si estoy en pijama, además, no soy para nada agradable a la vista.

-Para mí sí, estás preciosa hasta con pijama.

+Te afecta la fiebre eh Álex.

-No es la fiebre Ana, te lo digo en serio.

+Bueno, cambiando el tema de las mentiras, me voy al sofá, buenas noches.

-¿Por qué no te quedas aquí a dormir conmigo?

+Porque...no sé, es tu cama, además no...

-Jo...quería que me cuidases.

+No sé como cuidarte, tú duérmete va, si me necesitas estaré en el sofá.- dije acariciándole la mejilla.

-Quédate, por fi...

+Me puede tu cara de cachorrito. Está bien, pero sólo porque estás enfermo.

Me acabó convenciendo a pesar de negarme repetidamente, ¿cómo puedo decirle que no?

Al día siguiente me desperté, me giré y lo vi a él, durmiendo como una pequeña marmota. Decidí observarle mientras dormía, hasta que a los 10 minutos se despertó.

-Buenos días, ¿qué tal has dormido?

+Buenos días, he dormido genial. ¿Y tú? ¿Te encuentras mejor?

-Mucho mejor, gracias a tí.

+Nah, seguro que no ha sido por mí. ¿Desayunamos? Me suena la tripa.

-Lo que tú digas, enana.

Después de lavarnos la cara, nos peinamos, bajamos las escaleras y vimos a Sergio y Katrina desayunando muy felices, dando de comer el uno al otro.

+Buenos días tortolitos, ¿qué tal?

-Ya ves, genial ¿y vosotros qué?.- interrogó Katrina.

+Pues genial también.-contestó Álex por los dos.

Después de desayunar nos vestimos y nos pusimos en camino al cementerio, tal y como le prometí a Álex.

Las idiotas también se enamoran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora