Capítulo 10.

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No nos llegamos a besar, aunque los dos estábamos deseando de que nuestros labios rozasen. La guerra de cosquillas fue interrumpida por una voz:

-¡CHICOS! ¡HAY QUE HACER LA COMIDA!-gritaron desde la escalera Sergio y Katrina.

+¡YA VAMOS!-exclamó Álex mirando a la nada.

Me estirazé en la cama, me crují todos los huesos que pude y suspiré. 

-Vamos, perezosa, que hay que hacer la comida.

+Jo, tengo sueño.

-¿Me vas a obligar a seguir con las cosquillas?

+NO, POR FAVOR.

-Pues venga va, que se van a enfadar.

+Jopetas. -dejé caer mi cara en la almohada hasta que sentí como se acercaban pasos. Me tiró de los pies y me cogió en brazos.

-Vamos, enana, después duermes si quieres.

No tuvimos más remedio que bajar.

Después de comer, recogimos la mesa mi prima y yo. Álex y Sergio fregaban los platos mientras Katrina y yo íbamos en camino de preparar la ropa para después de la ducha.

+Fuck pri, sabes que...ropa no tenemos, ¿no?

Me miró con los ojos abiertos como platos y exclamó:

-Pues sí que es verdad, ¿ahora qué hacemos?

+Tendremos que ir en pelotas por la casa, a no seeeeeer...que vayamos al pueblo en busca de ropa.

-Sí boba, ¿quién nos lleva?

+¿Para qué están los taxis?

-No tenemos dinero.

+Lo sé... Mira a ver en los bolsillos, yo miraré en los míos.

-Yo sólo tengo 0'50€, ¿cuánto tienes tú?

+1'00€ y chatarras.

-¿Por qué no le decimos a los chicos lo que nos pasa?

+Sí, mejor.

Las idiotas también se enamoran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora