Katrina y yo bajamos las escaleras y nos sentamos en el sofá, pensando en lo que habíamos hablado hace un par de minutos. ¿Y si ese podría ser el último día que veríamos a los chicos? No nos queríamos ni imaginar, pero es lo que tiene ser negativa a más no poder.
-Katrina, tengo que hablar contigo.- Sergio se dirigió a ella con una sonrisa y señaló la puerta.
+Está bien, un segundo.
-Eh, ahora me contarás, ¿no? que sabes como soy.
+Que sí pesada, si sabes que siempre te cuento todo.
-Bueeeeeeno, anda ve, que te está esperando. -dije con una media sonrisa.
-...-
-Katrina...no quiero que te vayas.
+Sabes que me tengo que ir, además todavía no nos iremos, nos quedan 5 días por delante. Va, no te preocupes Sergio.
-Y si...después de esos días...¿te vas y no vuelves?
+¿Qué quieres decir con eso?
-Puedes conocer a alguien mejor que yo, más alto, más guapo, más...todo.
+El poco tiempo que he estado contigo no lo cambiaría por nada del mundo, ¿crees que dejaría escaparte?
-Algún día puedes cambiar de opinión...- dijo cabizbajo.
Katrina le respondió con un beso, le sonrió mientras le miraba a los ojos y Sergio le devolvió el beso. Hacían la pareja perfecta. Nunca había visto a mi prima tan feliz con un chico, los demás le jodieron bastante y al ver que éste parecía diferente me hacía feliz a mí tambien. Sergio y Katrina entraron con una sonrisa de enamorados que se notaba a kilómetros de distancia. "Vaya dos tortólitos" pensaba mientras les sonreía. Mi prima se sentó en el mismo sitio del sofá y me dirigí a ella.
+Eh, parece que ha ido bien, ¿no?
-Exacto. Es más cuqui. Me ha dicho que no quiere que me vaya, que tiene miedo a perderme, pero le he quitado las dudas en un momento, no quiero que se ralle, quiero que esté feliz, así que le he dado un beso y le he sonreído.
+Oins, pero qué monos. Me alegro muchísimo pri.
-¿Y tú qué? ¿Cómo te va con Álex?
+Genial, me pone cara de cachorrito para conseguir algo, pero bien. Me alegra el día, jo.
-Anda, y dices que nosotros somos los tortolitos, jajaja. ¿Seguíis siendo amigos o tienes algo que contarme?
+Somos amigos Katrina, aunque me muero porque esto de un paso adelante.
-Ya llegará el momento, no te preocupes, enana.
+¡Qué mania con llamarme todo el mundo enana oye! ¡Qué tampoco soy tan bajita!
-Eres graciosa cuando te enfadas.
+No es gracioso.
-Para mí si.
+Idiota. Me voy a jugar a Slender.
Me dirigí al la habitación de Álex y vi que estaba casi tumbado en la cama jugando a Slendytubbies.
+Hey, ¿después me dejas el ordenador? Es que se me apetece mucho jugar.
-No.
+Ah...bueno, no importa.- dije levantándome de la cama.
-Qué boba eres. Anda ven y juega conmigo.
+No tranquilo, si ya...adiós.
-Ana no seas tonta, ¡qué era broma!
Cerré la puerta y me fui al gimnasio, donde trabajé un poco con el saco de boxeo. Nunca había visto uno que no fuera dentro de una película. No tenía bastante fuerza por lo que parecía, estaba, como decía mi madre "debilucha" , tenía que hacer más ejercicio y ganar fuerza. Se acabó la Ana vaga, la Ana nueva se va a poner las pilas.
Pasada una media hora me empezaba a agotar, pero no me importaba, quería superarme a mí misma. La ciudad oscurecía y yo seguía allí, en aquel gimnasio encerrada en mis pensamientos, hasta que alguien me tocó el hombro.
-Veo que estás muy concentrada desde hace tiempo.
En el momento reconocí la voz, era Sergio.
-Entré antes para hacer unas flexiones, pero no quería interrumpirte.
+No interrumpes, la que interrumpe soy yo, es tu casa y si quieres hacer unas flexiones, adelante.
-Es que...es hora de cenar, me han dicho que te avise.
Me detuve, y acto seguido le dije que no tenía apetito, estaba demasiado cansada y después de darme una ducha me acostaría. Sergio insistió en que cenase, pero no quise.
¿Por qué no había venido Álex? ¿Le habrá molestado mi carácter de antes? Encerrada de nuevo en mis pensamientos proseguí haciendo ejercicio, no por mucho tiempo.
A los 15 minutos paré. Me salí del gimnasio, me di una larga ducha y me acosté en el sofá sin dirigir la palabra a nadie.