Capítulo 13: Suceso tras suceso

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Otra vez nadie la había atrapado en el acto. Se había dado justo en donde se golpeó en el examen de Karate. 

El señor O'Bryan en seguida se percató de esto. Se alarmó. Los estudiantes se pararon, "preocupados".

—¡Stella, despierta!—Le exclamaba Asrael, preocupado, agitándola fuertemente. 

Por supuesto, no había respuesta por parte de la desmayada.

—¡Por favor señor Rickson, cálmese!—Le ordenaba el señor O'Bryan, tratando de calmar a Asrael.

Cuchicheos furtivos se oían entre alumnos. Mayormente se escuchaban burlas. Asrael se percató de ello.

—Ustedes, ¿qué diablos están diciendo acerca de Stella?—Preguntó él, dirigiéndose con fuerza hacia la multitud que detrás suyo se encontraba.—¡Stella resolvió todas y cada una de las ecuaciones perfectamente, sólo miren su cuaderno!—Realmente estaba furioso.—¿Qué hay de malo con que se equivoque en una sola ecuación?,—Gritó su pregunta.—Apuesto a que por lo menos más del cincuenta por ciento de ustedes no pudo resolver ni una sola bien, ¿me equivoco?—Su voz sonaba soberbia.

Asrael tenía toda la razón. Stella siempre fue la mejor en cuanto a ecuaciones, las amaba.

El señor O'Bryan de inmediato cargó cuidadosamente a Stella y se dirigió a la enfermería con Asrael como su único acompañante. 

—¡Enfermera, una camilla, rápido!—El profesor le ordenó, preocupado.

La enfermera sin pronunciar alguna palabra en seguida buscó una camilla. Allí la acostaron cuidadosamente.

El maestro de matemáticas y Asrael esperaban preocupados en la sala de espera. Súbitamente a enfermera llegó.

—¡Profesor O'Bryan, es terrible!—Exclamó la joven enfermera, alarmada.

Cuando el profesor Jackson O'Bryan y Asrael llegaron al interior de la enfermería presenciaron algo horrible: Stella tenía una gran herida la cual sobresalía una hematoma  en el lugar donde se había golpeado fuertemente dos veces.

—Le hicimos una radiografía para confirmar que todo estaba bien, pero...—a enfermera hizo una pausa—¡creemos que su cerebelo está dañado!—Exclamó casi al borde de las lágrimas.—¡Esto es de alto riesgo! ¡Debemos llevarla a un hospital de inmediato!—Sugirió. 

Este mundo despiadadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora