(BONUS) Capítulo 22: Llegando al funeral de Stella

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Estábamos casi llegando al cementerio. Qué conveniente, estaba lloviendo.

Yo iba sentado en los asientos de atrás solo, sin cruzar alguna palabra con mis padres.

No tenía ganas de hablar y eso para ellos claro estaba.

El auto se dirigía hacia la caseta que había en la entrada del cementerio. Era de ladrillos, no muy grande.

Nos detuvimos y un señor mayor salió de esta. 

—Buenas tardes.—Dijo mi madre, muy cortante.—Venimos a asistir al funeral de Stella Botherhood. Somos la familia Rickson. 

—Oh..sí, están acá, pueden pasar.—Dijo, cuando había revisado una pequeña lista.

El barrote que impedía el paso se levantó y pudimos avanzar.

Nos aparcamos cerca de la aparente capilla. 

Papá apagó el auto y yo fui el primero en bajarme. Mi pollina de lado cubría mi rostro, mi mirada era cabizbaja y, obviamente, mi estado de ánimo era el peor.

Ahí fue cuando se me olvidó que estaba lloviendo y me empecé a empapar todo.

Mi mamá salió rápidamente del carro con una sombrilla, y me cubrió con ella.

¿Eso había sido un acto de cariño, acaso?

Mi madre no acostumbra a comportarse así conmigo habitualmente. Lo mismo aplica con mi padre.

—¿Asrael, en qué estabas pensando cuando saliste así nada más, en medio de un diluvio?—Me miró, ¿preocupada?.

Woah. De verdad que mi madre me estaba empezando a asustar.

¿Será que por fin habían comprendido de que en ese momento solo quería quitarme yo mismo la vida de lo mal que me sentía?

No respondí a su comentario. 

Esperamos a que papá bajara del auto e inmediatamente se posicionó debajo de la sombrilla.

Caminamos no mucho hasta la capilla, la misa estaba por comenzar.

—Mamá, no asistiré a la misa. Me quedaré afuera y esperaré a que termine.—Dije, sin si quiera mirarla.

—¿Por qué harías algo así?.—Me preguntó, intrigada.

Justo cuando le iba a responder, mi padre habló.

—Escúchame, Asrael, si por lo menos le sigues teniendo un poco de respeto a esa "simple chica" más te vale que entres a la capilla con nosotros y no nos hagas quedar mal solo por un acto de malcriadez.—Dijo, de mal gusto.

Me puse de frente a él.

—¿¡Cuándo entenderás que ella no es una "simple chica"!?—Le grité, enfurecido.— Ustedes no saben lo que siento por ella, ni siquiera saben qué tipo de relación conservaba con Stella....¿¡saben por qué!?, ¡porque nunca se han interesado, joder!.—No pude tragarme todo lo que pensaba. 

Aunque sabía que precisamente cosas buenas no eran lo que me esperaban después de aquello, no me arrepentí de haber dicho lo que dije.

—No te doy una cachetada porque estamos en un cementerio y, ciertamente, le tengo más respeto a las personas difuntas que a ti. Tsk. Haz lo que te dé la gana.—Dijo, y se llevó a mamá y a la sombrilla con ellos.

Mi madre no se volteó a verme ni detuvo a papá. Típico de ella, ya había regresado a la normalidad.

Ya después hablaría con ellos respecto a la manera en como me tratan. Sinceramente no tenía ganas de discutir con ellos en mi estado de ánimo actual ni en las circunstancias en las que nos encontrábamos. 

Me quedé empapado.

Decidí rodear la capilla, mientras que nadie me veía. Caminé y me puse en su parte trasera, se podía escuchar perfectamente todo. Podría saber cuándo la misa estuviera por acabar. Escucharlo me haría sentir peor, pero no me quedaba otra opción.

El cementerio era gigante. La capilla era de color gris, estaba hecha, al parecer, de ladrillos tintados de ese color. 

Tenía pequeños detalles en negro, y en algunas partes había degradés del mismo color gris. 

Detrás de ella había una especie de bosque. Solo habían robles y uno que otro arbusto. Eso me sirvió, de laguna manera. como una especie de sombrilla.

—Hace demasiado frío...me hubiese traído un suéter...—Dije, para mí mismo. En el estado de ánimo en el que me encontraba era fácil que me irritara por cualquier cosa.

Yo estaba demasiado vulnerable.

Al igual que lo estuvo Stella...

No la puedo olvidar. Tampoco quiero olvidarla.

Quise escapar un poco más de mis pensamientos y empecé a recorrer el "pequeño bosque" que había allí. A medida que iba recorriendo el bosque, me mojaba menos.

Los robles eran inmensos, parecían estar allí desde hace más de 50 años. 

Me distraje y empecé a cantar una que otra canción de Twenty Øne Pilots.

—"Wish we could turn back time, to the good old days...—Decidí cambiar la última línea de la frase—...when you were here, with me, by my side...but now I'm stressed out.."

Este mundo despiadadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora