—Si ahora mis piernas estuvieran...Libres otra vez..—Stella como podía, trataba de cantar la canción que con tanto amor ella había practicado. Su tos era horrible. Un milagro ocurrió, pues estaba de pie, se asomaba por la ventana, contemplando la bella noche. Hacía demasiado frío.
Arrastró con cuidado el instrumento que tenía la bolsa de suero, sentándose en su cama de nuevo. Ella estaba sola en la habitación.
—Ya...la verdad no tengo razón alguna para vivir. Espero que Asrael me perdone algún día...—Dijo, a la nada, muy triste.
Stella de nuevo caminó hacia la ventana, y se preparó para hacer su nota final:
—Esperando una roja mañana...—Había salido perfecta la nota. Luego una lágrima soltó, no, más bien, comenzó a llorar—...Esperando una roja ma....Después de todo..amé a este mundo despiadado. Feliz cumpleaños, Yamato.—Dijo, y se quitó el respirador. En seguida cayó al piso. Se había suicidado, pero de una forma muy sutil.
¿FIN?
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Este mundo despiadado
De TodoStella era una chica normal. Asistía a clases, en realidad era la mejor. Estaba en Karate, por ende, en el mes de septiembre, tenía un examen para pasar de cinta. "No puedo creer que una simple caída haya afectado mi vida entera", ese podría ser un...