—Stella...—Dijo su madre, mirándola con tristeza.
—¡Hija, es mi culpa! ¡Por favor perdóname!—Imploró su padre, quebrándose e inmediatamente lanzándose a llorar en la cama.—¡Si yo hubiese sido más responsable y te hubiera llevado al hospital aquel sábado...esto no hubiera pasado!—Exclamó, con mucho dolor.
—Señor, por favor, cálmese...—Dijo el doctor, pero él al igual que César estaba simplemente destrozado por la noticia.
—Y no tiene cura.—Stella concluyó, con muchas lágrimas corriendo por su bello rostro.
—¡NO ES POSIBLE, ES SIMPLEMENTE INAUDITO!—Su padre se tumbó al piso y empezó a llorar con mucha más impotencia que antes.
Después de la lamentable noticia el doctor y sus padres se retiraron para conocer más a fondo el diagnóstico y el débil tratamiento que le tendrían que realizar.
Ya había llegado la noche, pero Stella aún no se calmaba. Por supuesto que ya había dejado de llorar, pero ser diagnosticada con Degeneración Espinocerebral, con tan solo catorce años de vida...Era demasiado duro para ella, frustrante.
Sus padres habían llegado a la habitación nuevamente. Estaban tan agotados mentalmente que no cruzaron ni una palabra con Stella, sino que César dejó rápidamente los diagnósticos en la mesa, se dirigieron a los muebles que se encontraban en la habitación y se quedaron dormidos.
Como si no fuera poco, Yumi llegó. Pudo ver los diagnósticos en la mesa. Stella la notó, pero no dijo nada.
—¡Ves, no me había equivocado! ¡Esta es la primera enfermedad! ¡Degeneración Espinocerebral!—Exclamó.
—Cállate.—Ordenó Stella, con una voz soberbia.
—¡Ahora conocerás y probarás todo el sufrimiento por el que que yo pasé!—Rió, con ganas.—Ahora, es tiempo de jugar a algo realmente divertido.
—Ni te atrevas...—Stella trató de no levantar mucho la voz.
—¡¡JA, JA!! ¿Y crees que esa pequeña amenaza me detendrá? ¡Me tienes que estar tomando por una idiota!—Aseguró Yumi.
—Eso es exactamente lo que eres. —Aseguró también Stella.
En seguida Yumi tomó posesión cuerpo de Stella, otra vez. Ella luchaba porque le diera el control de su cuerpo, pero desafortunadamente Stella andaba más deprimida que nunca, y por consiguiente no tenía ni la mitad de las fuerzas que se necesitaban para sacar de su cuerpo a Yumi. Ella le había ganado una vez más.
Repentinamente algo extraño ocurrió, Yumi estaba a punto de hacer su "acto" cuando la "otra personalidad de Stella" salió a la luz.
—¿¡Oye tú, César Botherhood, me escuchas!?—Decía una voz que parecía de Stella, pero un tanto más grave y alterada.
ESTÁS LEYENDO
Este mundo despiadado
RandomStella era una chica normal. Asistía a clases, en realidad era la mejor. Estaba en Karate, por ende, en el mes de septiembre, tenía un examen para pasar de cinta. "No puedo creer que una simple caída haya afectado mi vida entera", ese podría ser un...