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Apenas lograba recordar lo que había ocurrido en nuestro viaje porque tal y como había dicho Leslie me quede dormida y no había podido hablar con Gideon de nada, fue una suerte que lograra despertarme justo antes del salto de regreso.

—Me vas a tener que sucedió con el Conde, no te vas a poder librar de eso.—Me dijo justo antes de regresar a nuestro presente.

Salimos con cuidado de no hacer ruido al mover el retrato y al acercarnos a las escaleras alcanzamos a escuchar a Falk hablando con mis hermanos, al parecer quería ganárselos a toda costa y eso me resultaba realmente adorable.

—Están en el cuarto de costura y creo que la cena en realidad va a ser un anuncio de la boda, así que con suerte no serán el centro de atención como de costumbre.—Nos dijo Charlotte tras terminar de bajar las escaleras.

—O sea una cena aburrida.—Dijo Xemerius apareciendo por su espalda.- Antes de que preguntes tenía que vigilar que realmente cuidara de la máquina del tiempo y lo cierto es que lo escondió en tu escondite y vigilo mientras leía un libro sobre un guapísimo alienígena, casualmente con unos ojos verdes esmeralda hechizantes y un abdomen que... solo lo leí de reojo.

—¿Grace ya llegó?— Preguntó Gideon ligeramente impaciente.

—Supongo que todavía van a tardar un rato, es la hora en que más tráfico se puede encontrar.

Tras un par de palabras cruzadas sobre cuánto tiempo llevaría esto nos dirigimos a la sala de costura donde Falk discutía la película con mis hermanos, al parecer habían ido a ver la secuela de los pitufos y Caroline había odiado a los nuevos personajes, todo lo contrario a Nick quien tenía un nuevo amor ficticio.

—¡Gollum!—Exclamó mi hermana al ver a Gideon y todos soltamos una pequeña risa, excluyendo a Falk naturalmente.

—¡Hey! Gwenny ¿A caso no soporto tus ronquidos y ya te trae de regreso?— Pregunto Nick acercándose y revolviéndome el pelo, en los últimos años había crecido tanto que con solo 14 años estaba por rebasar mi altura y eso que no era era realmente baja.

—Yo no roncó.— Tome un cojín y se lo aventé en cuanto se sentó junto a Falk.

Caroline se había pegado a Gideon y estaba segura de que, sin mamá aquí, sería imposible separarla de él, claramente tenía buenos gustos pues estaba fascinada con él. ¿Y quien no? Antes de mudarnos a New York y de que el conde escapara, ella y Gideon habían desarrollado una muy buena relación y eso fue porque él se sentaba durante horas con ella para ver películas de princesas, Barbie, Campanita o incluso My Little Pony, resultaba adorable verlos discutir por quien era su personaje favorito o la mejor canción de la película, le gustaba llevar a mis hermanos con nosotros en varias de nuestras salidas e incluso llegó a traer a Raphael para jugar con ellos, simplemente Gideon se había ganado mi corazón y el de las personas más importantes para mi.

—Me alegra que aceptaran la invitación de Grace.— Dijo Falk con una mirada que no supe descifrar.

—¡Si! Cuando mamá dijo que ahora vivirías con Gideon creí que te veríamos muchísimo menos, espero que no sea así Gwenny.—Mi hermana me abrazó y después regreso al lado de Gideon, comenzaba a creer que lo quería más a él que a mi.

—No podría pasar demasiado tiempo sin ver a mis hermanos preferidos y jamás me perdería el delicioso pastel de chocolate de Misstres Brompton.



—¡La boda será la próxima semana!— Exclamaron al unísono Grace y Falk causando un silencio ligeramente incómodo en todo el comedor.

La cena había ido con mucha calma si no contábamos las miradas de enojo que Falk y Lady Arista no perdían oportunidad de lanzarnos, al principio sólo habíamos tocado temas como que Charlotte aún no decidía si ir a Harvard o a Oxford, Caroline solo había buscado excusas para conseguir la aprobación de tener una tortuga como mascota, Nick solo llenaba de preguntas a Falk sobre toda su vida en general ¡Por Dios! Le pregunto por su primera palabra y a que kínder fue, no sabía si eran celos o simple curiosidad.

DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora