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Suelen decir que las personas siempre, en algún momento, te van a decepcionar. No importa quién sea: puede ser alguien de tu familia, tus mejores amigos o incluso la persona que dice amarte.

Nunca sabrás quien será el próximo en lastimarte, puedes imaginarlo, pero jamás estarás al cien por ciento segura de que lo hará. Yo no estaba segura de que esto ocurriría.

Creí que sólo me podía llegar a arrepentir de no haber destruido al Conde antes de todo esto, de herir a los que quiero, pero estaba equivocada, en este momento lo único que deseaba era que nunca hubiese abierto esa puerta, deseaba no haber salido esta noche, quería seguir viviendo en la ignorancia, en mi fantasía. Por que eso era lo que Gideon y yo éramos: una fantasía, una ilusión dentro de mi cabeza.

Mis ojos presenciaban la peor cosa que se le puede hacer a una chica enamorada, la peor tradición en el mundo.

Mi vida estaba rodeada de mentiras, ¿Como podía seguir soportándolas? Era sumamente injusto. Recordé él momento en que le di todo de mi, todo lo que me quedaba y ahora él lo estaba tirando a la basura...

Las personas siempre van a ver primero por ellas antes que por los demás, siempre va a ser así, las cosas nunca van a cambiar. Puede que te llegues a interesar por una persona pero nunca vas a anteponer sus necesidades a las tuyas, a menos de que exista ese vínculo tan poderoso entre esas personas, ese vínculo llamado amor.

El amor es el que te guía en tiempo difíciles, es el que te hace seguir adelante y luchar contra los problemas que se te presentan, sin ese sentimiento nada sería posible.

Esta emoción logra cambiar a las personas tanto para bien como para mal, sin embargo es bien sabido que sin importar que sea un amor bueno y puro o un amor malo y podrido las cosas nunca terminarán del todo bien.

Quizá el amor que sentimos... que yo siento por Gideon no sea bueno, esto nos ha traído demasiados problemas, este amor era insano. Tal vez el problema era que yo le daba todo de mi, le entregaba cada pensamiento que tenía, cada lágrima y respiración. Él era lo único que me quedaba, en el estaban todas mis ganas de seguir luchando, de seguir respirando... No sabía cómo lograr esto sin él, sin su amor... Habia enfocado todo en él, mis esperanzas y mi motivo para seguir viviendo, todo lo había puesto en él ya que creí que era la única persona que me quedaba, me equivoque, realmente no me quedaba nadie.

Maldecía está noche por que sabía que quedaría grabada durante el resto de mi existencia y no quería fuese así, quería borrarla por completo de mi memoria. Olvidarle.

¿Valía la pena seguir viviendo sabiendo que nadie te quiere?
Eso no serviría de nada, no tendría sentido.

Tal vez era la culpable de ello. Pude morir siendo amada por mi familia, incluso por Gideon, pero no lo hice, no lo hice cuando el Conde me dio la oportunidad hace un par años, y ahora moriría sola, ya a nadie la importaría que me pasara.

Suena egoísta decirlo pero hubiera preferido morir siendo amada...

Mire sus ojos verdes que me miraban asombrados. Esos ojos verdes esmeralda que lograban hacer suspirar a cualquiera, su luz hipnotizaba a todos los que los observaban, su brillo te flechaba el corazón... Observé sus facciones ignorando por completo todo lo demás, debía guardar su aspecto en mi memoria, no quería olvidar como era: su cabello, su boca, su nariz, sus orejas, sus pestañas, sus cejas, sus ojos... trate de guardar cada detalle en una fotografía mental, no quería olvidar nada.

Quizá está sería una de las últimas veces que lo vería si... si el Conde lograba sus propósitos, y quizá lo haría, ya no tenia nadie que pudiera ayudarme contra él esta vez.

DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora