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Silencio, un horrible silencio fue lo único que hubo después de que le contará vagamente que había pasado por lo mismo que él, era terriblemente extraño y él, sin decir nada, se había quedado en la sala a seguir leyendo viejos libros de la logia buscando alguna explicación pero apostaba que no le podrían decir nada nuevo.

—Gwen, yo... no se que decirte, ya no hay nada que pueda decirte que no sepas solo por favor, cualquier decisión que nos pidan tomar antes hay que hablarlo, debemos estar de acuerdo los dos, no puedes actuar sola. —Dijo Gideon cuando ya íbamos camino a la casa del tío Harry.—No digas nada sin antes consultármelo, déjame ser yo quien hable.

Otra vez el Gideon mandón, oh Dios cuánto odiaba eso. ¿No podía decir algo como "Cariño, antes de decir algo, hay que hablarlo por favor?" No, claro que no, eso arruinaría su estilo.

Ya estábamos a una cuantas cuadras de nuestro destino, claro, eso daría menos tiempo para poder discutirlo.

—El ojos de rana tiene razón, tomas decisiones tan... no tienes las mejores ideas por no decir tontas, además de que sueles perder la atención fácilmente solo por unos ojos verdes, así que no es buena idea que estés a cargo. —Completo Xemerius dejando en claro su falta de confianza en mi.

—Vamos, como si tus ideas fueran más inteligentes que las mías.—Le respondí a Xemerius fulminándolo con la mirada.—Tu solo piensas en palomas fantasmas o en los libros de Charlotte, soy distraída pero...

—Gwen, aún es extraño que le hables a fantasmas que no puedo ver, ¿Podrías explicarme de que rayos hablas?

—Daimon Gargola, no un fantasma.—Xemerius lo dijimos al mismo tiempo, aunque Gideon sólo podía escucharme a mi. —Solo... no me parece justo que tu siempre seas quien des la ordenes, pero supongo que esta bien.

¿Una discusión ahora? No, gracias. Discutir no llevaba a ningún lado solo era perdida de tiempo y energía que quizá mejor podríamos aprovechar en otras cosas...

—Lo siento, pero ambos sabemos que soy el único que puede mantener la cabeza fría en este asunto.

—Sabemos que eso no es cierto, sólo eres más difícil de leer y eres un cabezota que piensa cinco veces antes de abrir la boca.

Quito su mirada del camino por un momento y me miró colocando su mano sobre la mía, apenas pude contener un suspiro. Puede que Xemerius tenía razón, esos ojos verdes me hacían perderme y olvidarme de todo lo demás.

—Tienes razón, cariño, pero sabes que tus objetivos y los míos son exactamente los mismos, así que no debe preocuparte que este al mando, a final de cuentas ambos seremos quienes tomemos las decisiones importantes. —Me sonrió dulcemente antes de regresar su vista al volante—Quizá deberías aprender de mi y pensar al menos dos veces las cosas antes de actuar, aunque creo que incluso pensándolo dos veces volverías a dar un musical en el siglo XVIII.

—Cállate, que si no mal recuerdo tu también contribuiste para ese pequeño espectáculo, y si hubieras estado a mi lado como te ordenaron y no con Lady... Lady lo que sea, eso no hubiera pasado.

—Solo reafirmas el porque yo debo tener el control, Gwenny.

Solté un bufido con fingida molestia, lastimosamente tenía razón. Aunque tras dos años de eso ya me sentía más madura y con la cabeza más fría, si me volviera a enfrentar a una nueva soirée definitivamente me mantendría alejada de cualquier ponche o bebida, es más ni siquiera probaría bocado así evitaría otro posible espectáculo.


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⏰ Última actualización: Mar 05, 2021 ⏰

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