Sueños

27 1 0
                                    

Me desperté algo asustada en mi habitación, pero no había nadie llamándome. Podía escuchar la voz de mi madre desvanecerse en la oscuridad, dejando que ella la absorbiese y se transforme en ecos en mi cuarto con revestimientos de madera. Eran las 4.00 de la mañana y en dos horas tendría que despertarme para ir a la universidad.

En la habitación de al lado se encontraban las cajas de Melissa. Se estaba mudando con su novio, Peter, a un departamento en la ciudad, el cual yo en el fondo odiaba. La ciudad no era lo mío. Peter, un joven de 31 años, perteneció a una "banda" en su adolescencia, la cual tocaba en la secundaria, donde conoció a Melissa. Pero tuvo que abandonarla después de un accidente automovilístico que sufrió en esos años, donde le encontraron una extraña enfermedad en la laringe, obligándolo a abandonar la posición de vocalista, y así abandonar la música como carrera.

Me pasé las dos horas pensando en aquel sueño. A veces me decía a mi misma que era solo una pesadilla pero no podía dejar de pensar: "¿Significará algo? ¿Estaré pasando algo por alto?"

Lamentablemente mi mente curiosa de incógnitas no me dejó consumar el sueño.

Cuando llegó la hora de prepararme, miré por la ventana y vi la nieve caer. La nieve que cuando era niña me parecía en algún sentido "mágica", en ese momento solo era una excusa para no ir a la Universidad. Ya no había acceso directo para ir a aquel infierno, donde mis compañeros vivían en una burbuja, donde yo no encajaba, y donde los profesores idolatraban a mi ex-novio, Chris.

Fui escaleras abajo y entré en la cocina. Mis padres estaban preparando el desayuno.

-Hoy voy a ir con Adam al cine- les dije-¿A qué hora vienen Melissa y Peter?

Adam era mi mejor amigo desde la primaria. Pero en la universidad seguimos caminos diferentes. Él siguió la carrera de Medicina, inclinándose a la rama de Endocrinología, en cambio yo seguí Abogacía, carrera que llegué al punto de aborrecer. Pero esta se relacionaba de alguna forma u otra con el trabajo de mis padres, los cuales trabajaban en una comisaria cerca de nuestra casa. Aunque la Medicina siempre me había fascinado, no era exactamente a lo que mis padres me alentarían a seguir.

-A las tres, creo-respondió mi madre después de dejar la taza de café sobre la mesa.

El increíblemente irritante sonido del teléfono comenzó a sonar. Mi padre se levantó y contestó. Cuando comenzó a hablar, su rostro fue cambiando a medida que su silencio crecía. Lo que al principio era una familia relajada, apreciando un momento juntos, se convertiría en "día de trabajo" para mis padres. Mi padre, parecía que estaba aterrado. Al cortar, dejo el teléfono sobre la mesa y suspiró.

-¿William?-le preguntó mi madre, preocupada.

-Asesinaron a los Jensens.

Los Jensens vivían a media cuadra de nuestra casa. No los conocíamos mucho pero siempre habían sido muy amables con nosotros.

-¿Cuándo?

- Hoy a las cuatro de la mañana...

Cuando escuché la hora que dijo mi padre, no pude escuchar nada de lo que dijo después. La importancia que le di me hizo comenzar a dudar otra vez. Me quedé callada por 10 minutos, pensando en la irrelevancia que le di esa mañana, pero tampoco dejaba de decirme lo estúpida que era por darle tanta importancia. Ya que era demasiado obvio que solo había sido una coincidencia. Rápidamente, volvieron a aparecer todas las preguntas.

-¿Qué fue lo qué pasó?- pregunté.

-El hermano de Elizabeth llegó a la casa de ellos después de haber escuchado un mensaje extraño en el teléfono a las cuatro de la mañana. Decía que había alguien en la casa, el trató de llamar a la policía pero, ya era muy tarde. Tenemos que ir allí. ¿Vienes, hija?

Asentí y agarré mi abrigo para salir de allí lo más rápido posible.

En el camino a la comisaria, comencé a preguntarme lo que habría pasado. Tenía la escena del crimen en mi cabeza. Las sombras, los movimientos. Traté de desviar mis pensamientos, pero fue inútil, mi trastornada mente amaba las escenas del crimen, descifrar acertijos, pero no cuando se trataban con víctimas reales. Pero algo en mí amaba lo que estaba haciendo, tratar de encontrar quién lo hizo...o saber qué pasaba por la mente de la otra persona al momento del asesinato...ya que algunas veces, ni las personas mas sanas mentalmente pueden llegar a controlar sus propios pensamientos. O, pensaba, "¿Qué sucederá en la ruin cabeza del asesino?"

¿Dónde está Melissa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora