La profecía

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-Tú y Nick desaparecieron ayer.-dijo Adam bajando las escaleras con sus maletas. 

-Si...Nick me dio mi regalo de cumpleaños.-dije mientras dejaba mi taza de café sobre la mesa.

Tiró sus maletas al suelo y me miró con confusión.

-Soy el peor mejor amigo de la historia.-dijo acercándose a mí-¡Feliz cumpleaños, cariño!

Me abrazó fuertemente y besó mi mejilla.

-Lo siento tanto.

-No, está bien.-reí.

-No, no lo está. Te conseguiré un regalo, te lo prometo.

-No le diré que no a eso...

-Pondré las maletas de Olivia en el auto...pero volveré y hablaremos de tu cumpleaños.

-Hablando de Olivia...-dije bajando de la silla-Ayer vi algo que llamó mi atención...

-Lo sé. Sucedió. Se declaró ante mí, y aunque arruinó mi plan, terminó mucho mejor.

-Dime que de verdad la quieres.

-¿Hablas en serio? Me siento el hombre más afortunado del mundo a su lado.

Eso era todo lo que debía escuchar. Adam era feliz, con lo cual yo lo era. Por un momento sentí alivio, alivio de saber que no le robé la vida a mi mejor amigo.

-Nick me llevó a ver las estrellas ayer.

-Oh, ¿En serio? Debo admitir que para lo romántico, Nick es el mejor.

-Si, lo es. Pero muero por escuchar el plan que tenías para "conquistar" a Olivia.

-Aja.-dijo rascándose la cabeza-Era...

-¡Alexandra!-gritó Sabrina desde su cuarto.

-¿Sabrina? ¿Te encuentras bien?

Bajó las escaleras y nos miró con emoción.

-Se me acaba de ocurrir algo...-agarró una silla y se sentó a mi lado-¿Recuerdas que te dije que es posible sintetizar magia y dirigirla hacia otro cuerpo? ¿Qué tal si hacemos eso? ¿Por qué no buscar a Melissa y antes de que toda la magia salga de ustedes la pasamos hacia otra persona?

-Pero, ¿Esa persona no sería...?

-No lo sé, pero ganaríamos tiempo.

-Mala idea, Sabrina.-Scott apareció detrás de ella, con sus maletas en la mano-¡Reunión!-gritó, haciendo que todos bajasen rápidamente-Repite lo que dijiste Sabrina.

-Sintetizar la magia extraída de Alex y Melissa en una sola persona...

-¿Quién me puede decir dónde está el error?

Todos nos miramos entre sí, confundidos. Ella y Charlotte lo estaban también, lo cual nos llamaba la atención.

-Oh, no me digan que no saben lo que sucede aquí. Bueno, les explicaré. La magia blanca fue creada junto con la oscura, son las dos fuentes de poder más grandes del Universo. Y, desde el principio de los tiempo, estas se encontraron en combate...hasta que la blanca tuvo que esconderse. Tenía que hacerlo, pero no podía, por alguna razón siempre la encontraba. Por eso, creó seres, portadores de esta magia, se los llamó humanos, hechiceros. El precio de crear ciertas criaturas tan poderosas  que gastarían millones de años en crear, era escribir un final, el final de la magia blanca. La profecía dice que al juntarse la magia blanca distribuida en dos individuos, esta se convertiría en su enemigo más odiado, causando el fin del mundo mortal. No hay ni habrá ser en ningún mundo que pueda soportar aquella magia negra. Nadie podría, lo único que causaría sería la muerte instantánea del portador. Y eso no es lo peor, al morir, como no puede pasar a nadie más, se liberaría al mundo y crearía una catástrofe que ninguno de ustedes se podría imaginar. 

-Pero no sería toda magia negra. Porque no se terminaría la extracción.-explicó Sabrina.

-Sabrina, al solo tocarse estas dos magias estás creando oscuridad. Y aunque no sea pura, es lo suficiente para terminar con uno de los mundos existentes. Por eso, ni siquiera el mismísimo Eden tuvo la idea de guardar la magia en él. Además, las extracciones no pueden ser detenidas. 

-Yo leí que sí...

-Entonces tu libro está mal.

-¿Qué hay de ustedes tres? Ustedes también poseen magia blanca.-interrumpí.

-No, nosotros tenemos magia neutral, la podemos utilizar para el bien o para el mal.

-Entonces, no podemos ni siquiera intentar...-comenzó a decir Charlie.

-¡No!-gritó Scott-Ahora, suban sus maletas al auto, debemos ir a nuestra cabaña lo antes posible.

Todos nos levantamos y nos fuimos al auto para poner las cosas allí. Ella me llamó a escondidas y me llevó detrás de los árboles.

-¿Qué haces?-le pregunté.

-Tu primera lección de magia.-dijo sonriendo-Esto es tan emocionante, todavía puedo recordar la mía. Ahora eres mi aprendiz. Scott no se puede enterar de que lo haremos ahora. 

-¿Qué tengo que hacer?-pregunté emocionada.

-Levanta tu mano, mira tu objetivo. Las maletas lo serán hoy. Ahora, apunta a él y lleva toda tu energía a la yemas de tus dedos, y piensa en lo que quieres hacer con ellas, usa tu imaginación...pon tu mente en blanco e imagínate el resultado. Si te sirve, cierra tus ojos. Imagina algo que te haga feliz. Y ahora, trata de hacer que eso se mueva.

Traté, traté, pero no pude. La miré con confusión y ella lo hizo también. 

-Bien, lo volveremos a intentar de otra manera. Es extraño, ya lo hiciste en el baile...

Se quedó pensativa por unos segundos. Se fue sin decir nada y volvió minutos después con Nick a su lado. Lo puso frente a mí y ató sus manos. Pude descifrar lo que trataba de hacer.

-No, Ella, no lo metas en esto...

-Apenas lo lastimaré, pero lo tienes que salvar, cariño. Tienes que aprender a controlar tu magia, ¿Recuerdas lo que le sucedió a Peter? Pero ahora lo tendrás que hacer rápido. Nick, ¿Estás listo?

Asintió. Lo miré con preocupación, pero él sonrió y dijo que todo estaría bien. Pero le tenía temor a verlo sufrir. Sin embargo, Ella tenía razón, tenía que estar preparada.

Levantó su mano y Nick comenzó a gritar, se tiró al suelo y aunque trató de relajarse lo más posible, no pudo.

-¡¿Qué hago Ella?!-grité.

-Me lastimas a mí o tratas de deshacer mi hechizo. ¡Apúrate, Alex!

Corrí hacia él y me senté a su lado. Llevé toda la energía de mi cuerpo a la punta de mis dedos y apoyé mi mano sobre su pecho. Cerré mis ojos y esperé a que diese resultado. Y lo hizo. Lo supe en el momento que Nick comenzó a relajar su respiración y exhalaba con fuerza mientras reía.

-Lo hiciste, lo hiciste cariño.-dijo con alegría.

-Si, lo hice.

¿Dónde está Melissa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora