Guerra

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Tres meses. Ni siquiera yo sabía que iba a ir a esa cabaña ¿Cómo lo supo ella?

-¿Quién crees que les consiguió la casa?-preguntó. Estábamos en el mismo sitio pero la lluvia había parado. 

-¿Cómo lo supiste?

-Yo le ofrecí por Internet a mi hija la cabaña porque sabía que ibas a buscar a Melissa. Yo preparé el libro que tu, tan curiosamente, tomaste de la tienda de antigüedades.

-¿Por qué mentiste?

-Querida, no estás en segundo grado. Las personas mienten, y mucho más nosotros. Meter la pata es la naturaleza del mundo. Bienvenida a la vida real.

Quedé impactada.

-¿Sabes qué? Te quedarás aquí. Yo me iré.- mi enojo se reflejó en mi tono.

-Sé dónde vives.

-No me importa.-dije casi dándole la espalda.

-Dale, escúchame.-apareció enfrente mio de la nada-No seas tan frágil. Te puedo ayudar, solo si me dejas acompañarte. 

Me miró desafiantemente.

-Estamos en guerra, el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

-¿Guerra?

-Se ve que tienes mucho por aprender. Estamos en guerra y, lo creas o no, tu hermana "inventó" este lado ya que ella era uno de nosotros. Personas como ella-dijo señalando a una persona que caminaba por la calle-Nos quieren fuera del mapa. Es humana. Todos pensaban que nosotros eramos una especie que nació para matar pero...los humanos se apoderan de lo que no es suyo. Ellos pueden tener el mundo en sus manos, pero siempre van a querer más. Cuando nos quisieron a nosotros, nos negamos. La rebelión comenzó e hicieron trampa.

-Primero que nada, eso no es verdad. Ustedes querían vivir entre su pueblo y ellos se negaron. Segundo, si tanto odias a los humanos ¿Por qué me ayudas a mi? 

-¿No lo sabes? Esto lo tendremos que hablar en otra parte, Camille.

-¿Camille?

-Hay oídos por todos lados-susurró-Corre.

Corrimos las dos a la par y vimos que detrás nuestro un grupo de aproximadamente 10 personas nos seguían. Ella iba riendo pero a mi me temblaban los huesos.

-¿De qué te ríes?-pregunté a los gritos.

-Toma mi mano.

Me arriesgué y al tocar su mano todo se volvió silencio puro. Estábamos nadando en la fría oscuridad. Sentía que me ahogaba hasta que vi un rayo de luz y terminé en el césped de la cabaña. Me recosté allí y simulé que no había pasado nada.

-Me había olvidado que eras nueva en esto-dijo mientras se sacaba ramas de la ropa.

-Nunca más. 

-¿Nunca te subiste a una montaña rusa?

Adam salió de la casa y fue corriendo hacia mi.

-Alex ¿Te encuentras bien?

-No pasó nada. Solo está exagerando.

-¿Quién eres tu?-preguntó desconcertado.

-Charlotte Adams, un placer.-le extendió la mano, pero Adam no saludó.

-La mamá de Sabrina.-dije mientras me ponía de pie.

-Hola, madre.-dijo Sabrina saliendo de la cabaña.

Charlotte se acercó a ella y le acarició el pelo. La miró atentamente y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Eres tan bella. Eres igual a tu padre.-dijo con felicidad.

-Nunca lo pude conocer ya que me abandonaron.

-Tuve mis razones. Eran tiempos difíciles, te iban a asesinar. Ya habían matado a tu padre...

-¿Qué?-preguntó sorprendida.

-Hay mucho para hablar aquí. Veo que no saben nada.-dijo ignorando a Sabrina.

Nos sentamos todos en la mesa del comedor con todos los libros. Pero ella los dejó a un lado.

-Estos libros no están mal pero veo que no le pueden sacar mucha más información.-dijo-Primero lo primero, de ahora en adelante nadie le dice "Alex" fuera de la casa. 

-¿Por qué?-preguntó Peter.

-La noche en la que se llevaron a tu novia, ella iba a estar supuestamente con su prima menor "Camille", tú. Les mintió a todos para que no te llevasen a ti también.

-¿Por qué me llevarían?

-Tú eres la otra persona. Tú hermana tiene poder, pero tú...tú tienes la magia más blanca que he visto en mi vida. Tú, emanas magia desde tu interior, das esperanza, amor. Todos saben quién es Alexandra Lincolns.

-No puede ser, no puedo mover nada con mis mente.-dije con una carcajada-¿O si?

-Que no la sepas controlar no significa que no esté en tu interior.

Me quedé sin palabras. Era aquel momento en el que tenía que pellizcarme para saber si estaba soñando. No podía creer que me buscaban para torturarme y obligarme a matar a los humanos.

-Como ya saben, hay personas buscándolas para usarlas como arma para la destrucción del mundo humamo. Tienen cierto odio cuando se trata de esa especie. Pero otro grupo las quiere asesinar. Esas son las personas que casi matan a tu hermana. Lo que pasa es que ellos no saben que, si algo les pasa a ustedes, la magia pasará para otras personas y tardarán otros veinte años en encontrarlas. 

-¿Qué más sabes?-preguntó Charlie, interesado.

-No mucho más que eso. Solo detalles que están en estos libros. Pero conozco a alguien que sabe mucho más que yo.-dijo Charlotte-Su nombre es Ella, es una hechicera. Ha estudiado esto por años. Y tienen suerte, me debe un favor.

-Has dicho que esto es una guerra y que son los seres contra los humanos, ¿Por qué nos ayudas?-preguntó Adam. 

Se quedó callada unos segundos para mirar atentamente a Adam.

 -Puede que odie a los humanos por lo que hicieron...pero si este poder sale a jugar, puede llegar a ser incontrolable. El ser más egoísta y vengativo que alguien puede conocer, quiere poner a sus pies a todos y no se va a rendir hasta obtenerlo. Va a volver la rebelión pero está vez, todos vamos a perder. Lo quieran o no, estoy de su lado. Empezaremos con los libros pero después, la peor parte llegará, y tendrán que estar preparados.

Se me helaron los huesos del cuerpo. Nos habló con tanta frialdad que me fue más difícil pensar. 

-¿Dónde está Ella?-pregunté.

-Aquí.-no le tenía mucha confianza pero era nuestra única opción-Solo necesito llamarla.

Encendió su teléfono y comenzó a marcar.

-¿Ella? Soy yo, Charlotte. Necesito tu ayuda.-se quedó un rato callada-Si, lo sé. Pero estoy aquí con una de las Lincolns. Estoy en Nueva York. Te veo en unos minutos en la cabaña.

Todos nos quedamos quietos mirándola. Parecía ofendida pero su rostro cambió en segundos.

-Está aquí, en Nueva York. Prepárense para tener respuestas.

¿Dónde está Melissa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora