¿Magia?

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¿Qué diablos se suponía que tenía que hacer? ¿Magia? Siempre había pensado que era parte de los cuentos de hadas y este no era uno de ellos. No sabía qué hacer o en quién confiar. Se lo dije a mis padres pero se rehusaron a escucharme. Me dijeron que alguien me había jugado una broma. Me fui de mi casa sin despedirme para ir a ver a Peter. Fui a su departamento, inútilmente, ya que sabía que se había ido después de la desaparición de Melissa. 

-¿Cuál es la historia?-preguntó Adam.

-Mi padre nos contó sobre esta guerra entre los inmortales y los humanos. Todo empezó porque los inmortales querían ser parte del pueblo y vivir con humanos. La princesa Rosaline de Escocia se casó con un hechicero y después de un tiempo, lo asesinaron. Ella estaba embarazada de él y cuando la niña nació la mataron...ahí comenzó una rebelión. Los mortales desataron una guerra y ganaron. Al final todos los seres mágicos se tuvieron que esconder en el bosque oscuro. En el cual toda criatura viviente que pasase por allí moriría, a causa de una maldición de la cual solo los humanos sabían de su existencia. Pero, según la historia, se cree que los inmortales lograron escapar y se escondieron en distintos mundos. Entre ellos, el nuestro.

No respondió, con lo cual, seguí balbuceando.

-Pero necesitamos a Peter, y no sé dónde diablos está...

-Ya lo llamamos, Alex. No está en ninguna parte.-dijo Adam mientras agarraba mis brazos para tranquilizarme.

-¿Qué haremos Adam? Si me rindo ahora, ¿Cómo haré para encontrarla? No puedo hacerlo sola. 

-Yo estaré contigo.

-Somos dos contra miles de millones de personas que quieren asesinar a mi hermana. Necesitamos aliados.

-¿Qué dijo Nick?

No respondí.

-¿No le dijiste?-preguntó.

-No quiero arruinar su vida...tu sabes cuanto le costó encontrar su lugar en el mundo...

-Alex, va a llegar un momento en el que nos iremos para buscarla. ¿Qué le dirás?

-Tendré que mentirle. No pienso arrastrarlo hasta esto.

-Hablemos con Charlie. El debe saber donde está Peter.

Adam gritó su nombre para llamarlo, ya que estábamos en su casa. Charlie no vivía ahí pero pasaba allí una gran parte del tiempo.

-¿Qué diablos te sucede Adam?-preguntó de malhumor Charlie.

-¿Sabes dónde está Peter?-le pregunté. 

-Me dijo que especialmente no te lo diga a ti, cariño.

-Charlie...necesito saberlo. Eres uno de mis mejores amigo, trata de entender que esto es importante. ¿Recuerdas lo que me prometiste? Dijiste que si necesitaba algo estarías aquí, conmigo.

-¿En qué están metidos?

Adam me miró y agarró la carta de mi mano para dársela a él. Comenzó a leer, confundido de lo que se trataba.

-¡¿No sabías que no se juegan con estas cosas?!-me gritó.

-No estamos jugando.-le dije tratando de tranquilizarlo-La encontré en...

-¡Ella es como mi hermana!-trató de romper la carta pero no lo hizo. Solo se quedó mirándola.

Comenzó a llorar. Entonces lo abracé y me arrodillé en el suelo a la par de él.

-¿Qué sucede?-pregunté.

-En verdad es ella, ¿No?

-No lo se- traté de explicar-Es extraño pero sé que no es mentira. Mira, es su caligrafía, son sus palabras...es mi hermana también, Charlie...¿Nos ayudarás?

Comenzó a mover la cabeza y a hacer gestos extraños.

-Adam te contará el resto. Ahora, necesito saber dónde está Peter ¿Tú sabes?

-Hay un bar cerca de un hotel en el que se está hospedando. Vas a tardar unas horas en llegar. Está en Los Ángeles. Te mando la dirección por mensaje pero, ve ahora.

Me fui corriendo de allí y me subí a mi auto. Mientras conducía, pensaba en lo que le iba a decir. Adam y Charlie lo entendieron pero ¿Peter? el había perdido al amor de su vida. No iba a ser tan fácil convencerlo o encontrarlo. Sabía en qué estado lo iba a encontrar y que su vida había cambiado mucho desde  que Melissa desapareció. 

Llegué a las siete de la tarde y el bar estaba completamente lleno. Lo que Charlie no me dijo fue que no solo era un bar sino un lugar para bailar. Había gente saltando por todos lados. Pasé por entré todos ellos, algunas personas no me veían  y me pisaban pero otras trataban de bailar conmigo. No quería seguir ahí pero tenía que encontrar a Peter. Llegué a la barra pero estaba despoblada. 

-Disculpe-me paré enfrente de la barra-¿Peter Duval estuvo aquí?-no podía escuchar nada por el volumen de la música.

-Se acaba de ir.-me señaló a la multitud.

Traté de correr porque sabía que no iba a responder mis llamadas y que no me iba a querer abrir la puerta. Le pedía a la gente permiso pero no me escuchaban, y no lo veía por ninguna parte. Lo había perdido de vista. Entonces salí del lugar y lo encontré caminando en la oscura noche.

-¿Peter?-pregunté, pero mis palabras no crearon ningún efecto en él-Peter Duval, soy yo, Alex.

 Giró y pude ver su rostro pidiendo ayuda. Parecía confundido ya que yo estaba furiosa con el por haberse ido del hospital. Fui hasta él y lo abracé fuertemente. Pude sentir como el trataba de alejarme, pero yo no lo dejaba.

-Vayamos al hotel-le dije.

-Puede que esté un poco borracho-dijo mientras abría la puerta- pero estoy muy seguro de que Charlie te contó de este lugar.

La habitación era oscura y tenía una decoración agria. Estaba llena de hongo y de tierra. Era algo deprimente. Había botellas de alcohol por todos lados y fotos de Melissa en la mesa, las cuales bajó con odio al entrar.

-¿Qué necesitas? Si bienes a decirme que lo sientes y que todo va a estar bien, llegas tarde. El resto del mundo ya me lo dijo.-trató de ser sarcástico.

-Encontré algo de Melissa. Una carta que dejó para mi. Dice lo que sucedió y responde algunas preguntas.-yo estaba feliz de haberla encontrada pero no vi mi felicidad reflejada en su rostro.

Le entregué la carta.

-¿Por qué me lo cuentas a mi?-preguntó mirando mi mano-¿Qué, soy especial o algo así?

-Porque somos familia. Eres importante para mi.

-No, disculpa. Lo único que nos hacía familia era Melissa y ahora que está muerta ¡No somos nada!-se dio media vuelta y abrió la puerta-Ya te puedes ir. No te quiero aquí.

-Ella no está muerta.

-¡Vete de aquí! No quiero que me vengas con mierdas como "Todo va a estar mejor" "Ya encontraras a otra" "Debe estar en un lugar mejor".

-¡¿Crees que yo no sé cómo te sientes?! ¡¿Crees que vivo en una burbuja?!

-¡Sin ella, no somos nada!-me interrumpió.

-¡Pensé que después de todos estos años éramos amigos!-le dije al borde del llanto-Voy a encontrar a Melissa con o sin ti. Tú eliges. Y te prometo que si me voy por esa puerta, jamás volveré. Porque lo creas o no, no eres el único que ama a Melissa. Tienes dos opciones, o me dejas salir de aquí y pasas el resto de tu vida en este basurero, o dejas el egoísmo de lado y me ayudas a encontrar a mi hermana.

Quedó perplejo, parecía algo enojado a decir por su mandíbula, la cual hacía presión. Cerró la puerta y agarró la carta con indiferencia. La leyó atentamente y me miró con confusión.

-Esto es para ti-le dije mientras le entregaba otra carta con su nombre.

La tomó y la mojó con una lágrima que se evaporó al instante. 

¿Dónde está Melissa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora