Adiós

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Mientras me subía la cremallera de mi vestido negro, pensaba en lo que le iba a decir a Nick. Sabía que le rompería el corazón y que no podría perdonarme jamás. Pero era un riesgo que tenía que correr, no le iba a arruinar la vida. Mi bolso con ropa estaba escondido bajo mi cama para que mis padres no sospechasen. Quería despedirme de ellos luego de la cena con Nick. Mis lágrimas me corrían el maquillaje y tuve que ir diez veces al baño para sacármelo y volvérmelo a poner. Ya sentía que una parte de mí faltaba, me era imposible imaginarme sin mis padres, sin Nick a mi lado los días lluviosos.

El timbre sonó y yo estaba en la cocina tomando un vaso de agua después de tomarme una aspirina. Mis padres estaban trabajando e iban a llegar temprano, por eso me preocupé por ocultar mis cosas. Comencé a caminar lentamente y no pude evitar dejar caer una lágrima. Me la sequé al instante y abrí la puerta tratando de parecer tranquila. Me saludó con un beso en los labios que me recordaron al día en el balcón. Mis ojos estaban rojos y con lágrimas. Pero no dejé caer ninguna en ese momento. No quería que me viera así, tenía que ser fuerte por él.

-¿A dónde vamos?-pregunté con la voz quebrada.

-Es una sorpresa. Ven, te mostraré.

Llegamos a un lugar en el medio de la nada. Pensé que nos habíamos perdido pero el tomó mi mano y me llevó a un restaurante despoblado que estaba al lado de un lago. Nos sentamos al lado del balcón y nos quedamos allí un rato, mirándonos mutuamente y mirando el lago que tan callado se encontraba. Las hermosas luces que iluminaban el lugar también iluminaban a Nick con cierta luz que creí imposible de ver.

-¿Cómo encontraste este lugar?-pregunté.

-Comencé a manejar y me perdí completamente. Entonces entré con Olivia a este lugar para pedir indicaciones.

-Parece un lugar de cinco estrellas-le dije.

-En su tiempo lo fue. Pero ahora esta zona quedó casi despoblada. Y...lo van a demoler mañana por la tarde. Van a hacer unos departamentos.-dijo con tristeza.

-Que pena.-dije mirando hacia el lago.

-¿Te encuentras bien?-preguntó mirándome a los ojos-Pareces triste.

-Si, solo estoy pensando qué quiero comer.

Agarró el menú y comenzó a leer.

-Nick...¿Puedo preguntarte algo?

-Por supuesto.

-¿Alguna vez te aferraste a un recuerdo y deseaste volver a aquel momento y vivir en el?

-No lo sé.-dijo después de pensar un tiempo.

-¿Qué hay de tus recuerdos de Inglaterra?

-No suelo aferrarme mucho a recuerdos. Los extraño, por supuesto, pero no vivo en ellos. Sin embargo, solía hacerlo cuando me fui a Inglaterra de vuelta, pero me di cuenta que de esa manera siempre estaría deseando vivir en un recuerdo. En los recuerdos que no pude tener a causa de mi deseo. Ahora, dime qué te está sucediendo Alexandra Lincolns o tendré que llamar a la caballería.

-¿La caballería?-reí.

-Si, ya sabes, Adam, Peter, Charlie...

-Estoy buscando un recuerdo al cual aferrarme.-dije mientras jugaba con mis dedos.

-¿Por qué debes aferrarte a un recuerdo, Alex? ¿Esto es por Melissa?

Asentí.

No escuché nada de lo que dijo. No escuché sus consejos, solo me concentré en recordar sus movimientos y en la forma en la que me miraba. Sabía que nunca me olvidaría de el, ya que fue el que me enseñó a amarme a mi misma. Aunque nunca lo pude hacer, pero en los momentos que necesitaba hacerlo, recordaba sus sabias palabras.

-Nick debo decirte algo.-interrumpí-Encontré...-estuve por decirle la verdad, lo juro. Pero el miedo me invadió y temí por la vida de la persona frente a mí-Encontré...en ti un amigo, pero creo que...hasta allí legaron mis sentimientos por ti.-mentí.

-¿Qué?-dijo al borde del llanto.

-Quiero...quiero estar sola un tiempo, Nick. Porque...no siento lo mismo que tú sientes por mí.-volví a mentir.

-Pero Alex, yo te a...

-No lo digas. Porque te desilusionarás, ya que yo solo responderé con...

-¿Qué hice mal?

-Nada, no hiciste nada mal, solo que...no te amo.

-Vete.-dijo mirando para uno de sus costados.

-Nick, lo siento...

-¡Vete!-gritó esta vez mostrándome sus lágrimas-Yo también quiero estar solo.

-No te molestes...

-No me molesta que no me ames, me molesta que estuviste actuando todos estos meses, enamorándome para después hacer esto.

-Lo siento...-lloré.

-Por favor, solo vete de aquí.

Me levanté de la mesa y me fui corriendo hacia la estación de autobuses. Me senté a esperar mientras lloraba...lloraba porque no lo pude besar por última vez...por haberle mentido al hombre que amaba. Porque eso era lo que sentía...lo amaba y siempre lo había amado. Me tapé la boca con las manos y me pregunté si ya era muy tarde para volver y decirle la verdad, pero no podía hacerlo. No podía arriesgar su vida solo para tenerlo a mi lado. Además, le había roto el corazón, algo que nunca podría remediar.

Llegué a mi casa alrededor de las once y mis padres ya habían llegado. Antes de entrar, me apoyé contra la pared y me senté en el suelo a llorar. Gotas de agua recorrían mis labios y mi cuello. Mi vestido estaba empapado y mis tacones embarrados. Pero la noche no había terminado. Era hora de despedirme de mis padres.

Entré a la casa y recordé todas las cenas que pasamos en el estar y todas las comidas que cociné con mi madre o las veces que mi padre me dejaba ayudarlo a trabajar. Llegué a mi cuarto y agarré mi bolso lo más rápido posible. Bajé las escaleras para que mis padres me escucharan. Y lo hicieron.

-Cariño, ¿Qué está sucediendo?-preguntó mi padre.

-Me tengo que ir.-sollocé- Tengo que encontrar a Melissa.-esta vez no pude mentir.

-¿A dónde te vas?-dijo mi madre.

-No lo sé, pero iré con Peter.

-Alex, Melissa no está en Nueva York. Estamos investigando todavía...

-¿Ustedes me creen si les digo que la carta es real?

Me miraron con tristeza.

-Eso pensaba-estaba por cerrar la puerta pero mi madre se aferró a mi.

-¡¿Cómo te puedes ir ahora después de todo lo que está pasando?!-mi padre la trató de tranquilizar.

-¡¿Cómo es que no le pueden creer ni a su propia hija?!-grité-Si me creen, vengan conmigo.

Los dos se quedaron quietos en su lugar.

-Los amo-cerré la puerta fuertemente y me fui caminando en medio de la noche después de aquel terrible adiós.

¿Dónde está Melissa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora