Peter

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Llegamos a casa después de aproximadamente unas 8 horas,  porque ellos insistieron en ir a caminar y pasear, salir a comer a algún restaurante,  lo de siempre. En la casa todo estaba como lo habíamos dejado a la mañana. El café en la mesa, el abrigo de mi padre en la puerta de su habitación y la bufanda de mi madre en el respaldo de la silla. Todo estaba allí. Al subir a mi habitación, miré el reloj. Mágicamente se había congelado en las 9.00, como un recordatorio de mi salida con Adam. Me miré al espejo,  me quedé mirando,  y pensaba en Chris...hasta que escuché los pasos de alguien en la escalera. Era Peter.

-Escucha, Melissa me contó lo que pasó.-me dijo después de unos minutos- Tienes que saber que tú no eres la culpable de lo que pasó. Tu no mataste a su familia. Thomas estaba muy afectado.

-Gracias Peter. 

Se quedó callado. 

-Alex, hay algo que debo decirte...

-¿Qué?

-Lo siento tanto pero...-comencé a preocuparme-Miré un capítulo de Supernatural sin ti.

Lo miré y sonreí.

-Eres muy gracioso.-dije con sarcasmo.

-Lo sé.-rió.

Melissa entró a la habitación.

-Y ¿Te sientes mejor?-me preguntó. Su humor había cambiado desde que subimos al auto de Peter.

-Si, pero ¿Sabes algo de nuestros padres?

-Henry llamó y dijo que van a llegar mañana por la tarde y que ellos nos contarán lo que sucedió.

 Cuando me alejé de ellos y me saqué mis joyas, los dos se fueron abajo. Traté de dormir pero cada vez que pensaba en el sueño, me faltaba el aire. Le tenía fobia al fuego desde que tenía memoria. Y más que nada, le tenía fobia a la muerte de las personas que amo. Como la de Melissa. Bajé unas cuantas veces al baño para mirarme al espejo y decirme a mi misma que solo fue una pesadilla y que esa era la vida real. Al cabo de unos minutos, me dormí. 

Soñé que estaba en el mar. Estaba sola. No había nadie, ningún rastro de algún ser vivo. Los únicos que se encontraban allí,  eran los pájaros,  que me acompañaban desde arriba con su canto.  Lo único que podía escuchar era el ruido de las olas, golpeando contra la arena. Tenía puesto un vestido negro largo de seda. Comencé a caminar sin saber a dónde ni a qué me dirigía. 

Después de lo que se sintieron horas, me senté en la arena y traté de relajarme. Podía sentir como el viento despeinaba mi cabello y como la arena mojada se pegaba a mis pies. Podía escuchar el ruido se mis pendientes chocándose contra mí, o el ruido de los pájaros en el cielo. Pero ya no escuchaba el mar. Se movía, pero no se escuchaba. Pero podía escuchar pasos y ruido de latidos de corazón, gritos. Era una historia de terror en mi cabeza. Cuando las imágenes desgarradoras comenzaron a aparecer. Los cuerpos de los Jensens y de Thomas estaban en el suelo. Comencé a gritar y a pedir ayuda hasta que mis cuerdas vocales y mi cabeza no dieron más. Caí desmayada en la arena fría y sentí las manos de alguien levantándome. Al sentir sus manos agarrando mis brazos, me encontré con su inolvidable mirada, que parecía un calco del cielo. Me desperté inmediatamente.

Eran las 7 de la tarde. Me faltaba la respiración, y tenía las manos húmedas. Quería bajar pero no me quería levantar de la cama, no después de lo que vi y escuché. Tenía los oídos algo ensordecidos pero pude escuchar claramente la guitarra de Peter en el jardín.  Después de unos cuantos minutos tratando de recuperarme, me levanté de la cama y bajé.

Llegué al jardín y los vi a los dos sentados en unos troncos. A esa hora ya había dejado de caer nieve, pero el césped estaba cubierto por una capa blanca de ella. Cuando Peter me vio, le hizo una seña a Melissa. Se dio media vuelta y me invitó a sentarme a su lado. Me acerqué a ella y me envolvió en su manta. Peter comenzó a tocar una melodía, no sabía muy bien que canción era hasta que comenzó a cantar. Era "Viva la vida" de Coldplay. Podía escuchar claramente su voz, cantando palabra por palabra y se me cerraban los ojos. Hasta que se cerraron y caí en un sueño profundo.  






¿Dónde está Melissa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora