Retorno

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Todo el bosque resplandecía, una estrellita estaba presente en cada hoja.

Húmeda estaba la atmósfera, brumosa, densa.

Mis pies se hundían en la blanca  nieve.

Yo caminaba sin rumbo, abrumada por toda la belleza que me rodeaba.

Todo estaba en silencio. Ese silencio que dejaba escuchar el resonar de mi corazón. Lento y cansado ya.

Y ahí estaba. Sin mucho buscar, mis pies habían recorrido ese camino ya andado tantas veces antes, ese árbol que me había visto crecer.

A su alrededor di mis primeros pasos, leí mi primer libro, jugué al escondite, recibí mi primer beso...

El árbol testigo de mis iniciaciones en todo, ese que siempre estaba presente en mis recuerdos, estaba ahora seco, sin vida.

De sus ramas ya jamás colgarían esos erizos que me habían llevado a dar algunos que otros alaridos.
Ya no volvería a probar esos sabrosos y nutritivos frutos. Esas castañas que tantos dolores de barriga me provocaron, pero que volvería a comer una vez más.

Una lágrima se me escapó dando paso a varias más, las piernas comenzaron a temblarme, mis dientes castañetearon y, caí al suelo.

De rodillas, llevé mi mano al pecho y dejé salir todos mis sentimientos al exterior a través de un grito ensordecedor.

Mi cómplice se había ido y ya nunca más iba a volver.

Mi castaño. Ese al que un día consideré mi atalaya. Desde donde podía ver todo lo que ocurría.

¿Cómo era posible?

Había tardado tanto en volver. Había pasado tanto tiempo fuera de mi casa, de mi hogar. Había esperado tanto tiempo que todo se había esfumado.

Ahora solo quedaba un hueco tronco con su corteza agrietada y vieja.

Vieja como yo.

Entonces fui consciente. El tiempo pasa para todos.

Ves a los demás crecer, vivir e irse, pero no piensas en ti. En que algún día serás tú el siguiente.

Pasé mis manos entumecidas por ese mi confidente y me senté, recordando bonitos momentos.

Eché mi cabeza hacia atrás y comprendí que había llegado el momento.

Todo es un ciclo, dicen.

Nací al pie de este árbol, cuando a mi madre que paseaba por aquí, le llegaron las contracciones.

Y aquí he de morir.

¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora