Escrito en Enero de algún año pasado.
He recogido unos cuantos hábitos que pueden ser considerados como esos propósitos que todos comenzamos en año nuevo, pero que además nos ayudaran a no enfermar ni un solo día.
El ambiente está repleto de sustancias patógenas que intentan penetrar en el organismo. Un ejército de células nos defiende de ellas, son los glóbulos blancos y en especial los linfocitos que fabrican anticuerpos.
Aunque los genes contienen las instrucciones que regulan el sistema inmunitario, en el caso de numerosas enfermedades, como los resfriados, "el componente ambiental tiene mayor influencia que el genético", asegura el doctor Manuel Hernández, especialista en el Área de Inmunologías del Hospital Universitario Vall d'Hebron (Barcelona). Lo que quiere decir que su incidencia puede reducirse con unos hábitos adecuados.
1. Escoger el ejercicio que protege y no el que enferma. Alrededor de 30 minutos tres veces por semana a un ritmo moderado: es la pauta de entrenamiento que refuerza el sistema inmunológico. En cambio, la práctica deportiva muy intensa produce una reacción inflamatoria e impide trabajar algunas de las células defensivas. Ese déficit inmunitario puede prolongarse hasta 72 horas, durante las que es más fácil enfermar.
2. Dormirás para acatarrarte menos. Según la Universidad de California (San Francisco, EE.UU.), la falta de descanso nos hace más proclives a resfriarnos. Y tras un experimento, la Carnegie Mellon University (Pittisburgh, EE.UU.) concretó: si se duermen menos de seis horas hay 4,2 veces más de posibilidades de acatarrarse que si se duermen siete o más.
3. Oblígate a reír ¡qué funciona! Es una vacuna natural porque nos hace segregar endorfinas... Incluso si es fingida. En 1989, el psicólogo americano Roberto Zajonc demostró que las expresiones faciales inciden en la psique: el cerebro asocia el uso de ciertos músculos faciales con la felicidad.
4. Respira 'a conciencia' cada día para mantener el estrés a raya. Cuando padecemos estrés descienden nuestros linfocitos T y B (glóbulos blancos defensivos). Y según concluye un estudio en la Universidad de California (EE.UU.), se activan unas moléculas llamadas citoquinas que inflaman el organismo, haciendo que sea más fácil enfermar. Sin olvidar, también, que el estrés se asocia a conductas de riesgo que afectan negativamente a la respuesta inmune: dormir menos, comer peor, en ocasiones incluso tomar más alcohol... Un buen antiestrés es practicar cada día unos minutos de respiración consciente: ponte cómod@, cierra los ojos, inspira profundamente por la nariz inflando el abdomen y suelta despacio aire por la boca.
5. Entrenar el optimismo cada día. Está demostrado que morir de pena es posible (existe el llamado Síndrome del Corazón Roto, una miocardiopatía). Y es que la tristeza estresa al organismo: un nivel bajo continuado de endorfinas y serotoninas (hormonas y neurotransmisores que segregamos cuando estamos contentos) se asocia a mayor riesgo de tumores. En 'El libro de las pequeñas revoluciones', la filósofa Elsa Punset propone practicar el optimismo escribiendo un "diario de gratitud": apunta cada noche tres cosas distintas por las que dar las gracias ese día.
6. Llevar una vida social activa. Los mayores que viven solos tienen un 14% más de riesgo de morir prematuramente, afirma en un estudio el psicólogo Jhon Cacioppo, de la Universodad de Chicago (EE.UU.). Este investigador asegura que en las personas que se sienten solas, los genes relacionados con el sistema inmunitario se expresan de forma que lo debilitan ante las infecciones. Por contra, cuando cultivamos relaciones sociales satisfactorias, los anticuerpos se elevan.
7. Canta. Aquello de 'quien canta su mal espanta' no es solo un dicho popular sin fundamento. Según la Universidad de Fráncfort (alemania), esta actividad aumenta la concentración de inmunoglobulina A, una proteína que ayuda a combatir infecciones. Además, la sangre se oxigena en mayor medida y resulta que la insuficiencia de oxígeno en ella se contempla como una de las posibles causas de la disminución en la respuesta inmunitaria.
9. Escucha tu música preferida a diario. Otros estudios también demuestran la inmunoglobulina A en sangre al escuchar música. Desciende asimismo el cortisol, la hormona del estrés.
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¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}
Random¿Qué te parece darle una vuelta de tuerca a esos actos cotidianos? Te invito a que te emociones descubriendo las boberías que me atormentan; leyendo los cuentos que se me ocurren; hablando de los disparates que suceden en el mundo; destapando histor...