Ballet

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Seamos realistas, cuando alguién te habla sobre ballet, lo primero que piensas es que es algo sumamente aburrido y en segundo lugar te imaginas a hombres y mujeres con ropa muy entallada dando brincos y piruetas en un escenario. Pero, antes de que te llenes de prejuicios tienes que saber que esta expresión artística es más interesante de lo que te han contado o de lo que crees.

Una obra completa de ballet cuenta una historia. A diferencia del teatro en que se actúa para transmitir algo o la ópera en la que además de actuar se canta; el ballet transmite el mensaje por medio de la danza, con movimientos cadenciosos y estéticos.

Muchos piensan que el ballet, tanto verlo como practicarlo, es solo para mujeres o hombres afeminados. Nada más lejos de la realidad, esta disciplina requiere de un entrenamiento exhaustivo y, a pesar de lo que se piensa, de mucha fuerza viril. Lo que si es cierto es que hay que tener una cierta sensibilidad para poder captar la esencia de la historia, pero eso puede tenerlo cualquier persona, siempre y cuando abra su mente y se quite de prejuicios.

Además existen datos que seguramente desconoces sobre esta disciplina. No todo son cabriolas y brincos.

Desgaste físico. Una sesión de ballet es equivalente al desgaste físico de 180 minutos seguidos de fútbol o al de una carrera de 30 kilómetros.

Tutú. Es parte de la indumentaria que llevan las bailarinas de ballet. Son ligeros, transparentes, finos, vaporosos y dejan pasar la luz. El primero se hizo en Europa en torno a 1820. Hoy en día se puede tardar en hacer uno entre 60 y 90 horas.

Valsav Nijinsky es sin lugar a dudas uno de los bailarines de ballet más admirados de la historia.
Famoso por el salto que realizaba en el que se quedaba suspendido en el aire durante un instante, era algo que tenía embelesado a crítica, público e incluso compañeros de profesión.
En cierta ocasión, tras unos ensayos se le acercó otro bailarín y le preguntó:

—Vaslav, ¿cómo logras eso?

Nijinsky sin darse la menor importancia respondió:

—Muy sencillo, basta con dar un salto y quedarse parado un momento en el aire.

Este bailarín prodigiosamente dotado para la danza, puede desafiar la gravedad cerca de los tres metros de altura.

Cada vez que un bailarín salta en punta, soporta tres veces su peso corporal con la punta de sus dedos.

La danza fue el único arte moderno que Hitler no prohibió durante la II Guerra Mundial.

Las zapatillas de las bailarinas se llaman coloquialmente puntas. Algunas con un solo modelo pueden ajustarse de 2.900 maneras diferentes para adaptarse a los pies de cada bailarina.
Los bailarines jóvenes tienen restringido el uso de zapatillas de ballet hasta que se osifiquen sus huesos y sus músculos sean suficientemente fuertes para poder bailar en puntas.
Muchas escuelas de ballet exigen por lo menos cinco años de entrenamiento antes de permitir que sus bailarines vayan en punta.

El trabajo de puntas es el más célebre y tradicional distintivo de las bailarinas clásicas. Las puntas son el secreto de su gracia y encanto, es aquello que las hace a la vista del espectador como un ser mágico y fantástico.
El uso de las puntas dio comienzo en el siglo XIX con el auge de los ballets románticos, siendo la genial María Taglioni quien las utilizó por primera vez. El fin que se buscaba era alcanzar el máximo refinamiento y sutileza de movimiento, tal como lo requería el romanticismo, obsesionados con seres espirituales, hadas y espectros, donde las puntas adquirían especial protagonismo.

En los albores del ballet no existían las zapatillas de punta por lo que las bailarinas tenían que rellenar las puntas de las zapatillas con algodón en rama.

El 26 de Julio es una fecha supersticiosa para los amantes de la danza. En esa fecha de 1862 la bailarina Emma Livry murió al incendiarse su tutú en un agonizante incendio. Hoy en día la ley exige que los tutús se creen con materiales ignífugos.

Nuestros antepasados también danzaban. Geaoffrey Miller, psicólogo evolutivo de la Universidad de México, cree que "música es lo que ocurre cuando un simio antropoide tropieza y entra en el paraíso evolutivo de la selección sexual desbocada, de la exhibición acústica compleja". El autor cree que cantar y bailar formaban un conjunto de rasgos indicadores para nuestros antepasados cuando escogían pareja, especialmente para las hembras. El baile y el canto ponían en conocimiento la buena forma física, la coordinación, la fuerza y la salud.

Así que ya ves, no te quedes con lo que parece y descubre con tus sentidos las maravillas del ballet. Ve a una función, borra tus prejuicios y verás que se puede convertir en una experiencia inolvidable.

¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora