Introducción

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Condes y doncellas comenzaron su legado en un mundo donde sólo se podía sentir aroma a rosas y la oscuridad absorbía hasta la más cruenta soledad. En este mundo se diferenciaron cuatro clanes, de los cuales hoy en día poco se sabe y sólo se los recuerda por leyendas urbanas.

Los Reales Aristócratas, verdaderos y fieles esclavos de "La Rosa" fueron los principales desencadenantes y creadores de los demás clanes. Su inmensa culpa por desatar aquel deseo y excitación por la sangre los llevó a regir leyes sumamente estrictas para poder convivir junto a los humanos debido a que el número de los mismos estaba disminuyendo de manera abismal cada año y con ellos su esperanza de vida eterna, dejando de lado su instinto sanguinario y asesino sin causarles daño o terror alguno hasta que la cifra nuevamente se estabilice.

Sin embargo, otro clan denominado Panzyer, conformado por seres sumamente oscuros y malvados querían hacer desaparecer a la raza humana de la faz de la tierra por siempre, para así lograr que gobierne la oscuridad hasta el fin de la eternidad. Y, de ser necesario, eliminarían a todo aquel que se interponga en sus planes (aun si de otros vampiros se tratase).

Estamos en el siglo XXI y este clan continúa asechando en el mundo actual. Fieles de "La Rosa" y Reales Aristócratas conviven entre los seres humanos sin ser notados con la esperanza de poder llevar una "vida" medianamente normal y ocultarse del potencial enemigo.

El peligro está cada vez más latente.

Los Panzyer sedientos de sangre y victoria, no descansarán hasta lograr su único y malévolo cometido: Destruirlos a todos.


Enero 1657 - Francia

Mi corazón comenzó a latir frenéticamente cuando escuché hablar de la terrible noticia. Me causaba pánico el simple hecho de pensar qué podía suceder. Mis ojos se llenaron de lágrimas al imaginarme la aldea llena de sangre por todas partes.

Ya habían atacado a otras aldeas, pero jamás creí que llegarían a la mía.

Quien sabe, quizá ya lo venían planeando, como entrar, como espantarnos... Como asesinarnos.

Y lo supe. Tenía ese presentimiento, sabía que esa noche iban a saquear nuestro hogar, mi pueblo, mi aldea.

Noté que no todos estaban enterados sobre estos monstruos sanguinarios, pero preferí hacer silencio antes de provocar un escándalo. Si esa noche iban a atacarnos, al menos yo debía estar preparada... Esperándolos. Y eso hice.

La noticia era muy clara: "Un grupo de asesinos en serie saquean aldeas matando a todos sus habitantes"

Mi familia no tenía idea de lo que estaba por suceder en tan solo un par de horas, el pánico comenzó a correr por mis venas y mis piernas temblaban de manera alarmante, sin embargo y con mucho esfuerzo, pude disimularlos para no causar preocupaciones. El atardecer ya se estaba aproximando y esa misma noche iba a salir luna llena. ¿Coincidencia?

Lo único que me quedaba por hacer era esperar, esperar a que vinieran, esperar a esos intrusos de los que ni siquiera sabía su origen ni cuál era su objetivo, aparte de matar.

El tiempo pasó más rápido de lo que pensé y mis nervios continuaron aumentando a cada minuto. Sentía una gran responsabilidad al saber (o presentir) todo lo que ocurriría. En alguna parte de mi mente éste hecho ya había ocurrido, tal vez en un sueño o mejor dicho, en una pesadilla.

Cuando finalmente la aldea quedó en silencio, todos caídos en un profundo y tranquilo sueño, me encontraba sin poder pegar ojo. Mis sentidos se agudizaron. Permanecí acostada en mi dormitorio quieta y expectante sin emitir ningún tipo de sonido más que el de mi propia respiración.

Reivindicación de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora