Esa misma semana comenzaba una vez más el último año de la secundaria Rocksen, tres años atrás había terminado de cursar en el Instituto nocturno Magnus. Intenté tomármelo con calma ( ya que cursaba pasando dos o tres años entre una cursada y otra). Esa misma tarde cuando bajara el sol iría a inscribirme como lo hice tantas veces atrás. En mis 20 años de cursar, pasé a teñirme el cabello más de 8 veces, mintiendo ser hermana, prima o hasta incluso sobrina de la famosa Juliet Sainger que cursó alguna vez todas aquellas instituciones que había en toda la localidad de Chamonix. Obviamente todos los años decidía cambiarme de nombre para que no haya demasiadas coincidencias. Pero en fin... No sé si la gente no presta atención o qué pero siempre fui, soy y seré yo la que cursa el colegio como cualquier adolescente normal por el bien de la familia sin que nadie se percatara de ello.
Cuando ya se estaba ocultando el sol me levanté de la cama y me dirigí a la cocina, tenía mucho antojo de comida así que abrí la heladera y me serví un vaso de sangre fría a modo de desayuno. Emily, Gerard y John seguían durmiendo así que les deje una nota diciéndoles que iba a inscribirme.
Me puse un abrigo a pesar de no sentir frío y salí de la casa. Finos y suaves copos de nieve caían sobre mi cabeza. Lo único que me hizo recordar algo parecido a "sentir" fue cuando mordí a Klaha, fue tal la emoción por sentir finalmente algo, que no quería que se acabara nunca. Sin embargo, ya era algo normal para mi no sentir absolutamente NADA, ni frio, ni calor, ni miedo, ni sueño, ni hambre (bueno, en realidad no el tipo de hambre de querer comer una hamburguesa).
Caminé varios minutos por el bosque y llegué al centro. Había mucha gente, la mayoría merendando en confiterías y otras tantas sentadas en los bancos de la plaza. También había niños jugando, tapados con abrigos inmensos, bufandas y gorros. Corrían de un lado a otro de la plaza gritando y riendo. Al cruzar por entre medio de ellos me choqué con uno que venía corriendo sin mirar hacia delante. Al voltear para verme noté como se ruborizaba.
— Disculpe — dijo tímidamente y continuó jugando con otros niños.
Me detuve por unos minutos a observar aquella hermosa escena. Los niños sonrientes, felices jugando con la nieve. No pude contenerme y me detuve a observar al niño que se había chocado conmigo. Su tez era blanca y sus mejillas estaban coloradas a causa del frío al igual que su pequeña nariz. Sus ojos eran celestes como el cielo y su cabello rubio apenas se divisaba por debajo de un colorido gorro de lana. Noté que el niño me observaba y rápidamente se dirigió corriendo a hablarle a otra niña. Vi como le entregaba algo en la mano y se reían. Ésta al mirarme sonrió y se me acercó corriendo sosteniendo lo que el niño rubio le había dado.
— Hola — dijo sonriente.
— Hola linda— contesté sorprendida.
— Mi amigo te manda esto— y sin decir mas me tomo de la mano y me dio algo cerrándola rápidamente en forma de puño y salió corriendo sin decir adiós.
Lentamente abrí mi mano y vi un pequeño caramelo. Levante la mirada y noté como la niña se acercaba corriendo al niño rubio de ojos celestes que me miraba ruborizado y riéndose tímidamente atrás de un tobogán. Me impactó tanto su inocencia y dulzura que podría haberme quedado mirándolo por horas. No pasó más de un minuto que vi a su madre llamarlo con la mano y él muy sonriente corrió a abrazarla. No pude resistirme y les clavé la mirada para poder oír lo que decían. Pero fue inútil, solo vi como se subían a un auto y se iban.
Continué caminando por la plaza y el auto de aquel hermoso niño pasó a mi lado y desde su interior me saludó inocentemente moviendo su diminuta mano, lo único que hice fue sonreír.
ESTÁS LEYENDO
Reivindicación de Sangre
VampiroTodo vuelve aunque no de la manera que pensábamos y así como del amor al odio hay un solo paso, del amor a la muerte solo existe un abrir y cerrar de ojos. ADVERTENCIA: Esta novela contiene escenas de violencia, sangre, menciones a desnudos, actos s...