Capítulo N° 26 - La emboscada

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No pude recordar que fue lo que ocurrió minutos después pero lo que si sé es que un fuerte impacto hizo que me estrellara contra el suelo. Abrí los ojos y varios muchachos me rodeaban.

— Es ella ¿eh?— dijo uno con carraspera. Me sentía muy débil como para mirar de quien provenía esa voz. El cuerpo me dolía y mi cabeza estaba a punto de explotar. La sangre que corría entre mis venas hizo que me desmayara, no era cualquier sangre, era la sangre de un Panzyer.

—No le hagan nada — exclamó otro con fuerza.

—Por ahora... — murmuró otro entre risas.

Uno de los sujetos me levantó del cuello con una fuerza sobrenatural. Apenas pude mantener los ojos abiertos.

— Mírenla nada mas, quién lo creería.... Una vampiro demasiado joven entre vampiros pervertidos como nosotros— rió maliciosamente.

— Suéltala— exclamó Klaha a varios metros de mi — no es momento aún.

El muchacho me dejó caer al suelo, no supe reconocer donde me encontraba, todo a mi alrededor era nieve y árboles y mi visión aún continuaba borrosa. Klaha se acercó a mí con el entrecejo fruncido, se relamió los dientes y me sujetó la cabeza amarrándome el cabello a su mano. No sabía que era lo que ocurría pero me sentí en peligro, mi cuerpo parecía ser una pluma el cual lo levantaban sin dificultad y lo volvían a dejar caer como si fuese una bolsa de residuos. Me costaba respirar y mantener los ojos abiertos.  

—Veo que elegiste la cereza del postre compañero... — espetó una voz de ultratumba que se oyó a lo lejos acercándose lentamente —Pero lamento informarte que tengo asuntos pendientes con ella y no logrará escaparse esta vez... Después de todo, yo soy el que manda aquí, no lo olvides.

Al instante pude reconocer la voz de Arthur. ¿Acaso no había muerto? Yo misma vi con mis propios ojos cómo los lobos se lo devoraban vivo. 

— ¿Qué ocurre Juliet? ¿Porqué tan sorprendida? ¿No recuerdas nuestro pequeño encuentro de hace un rato?— rió malévolamente acercándose a mí y pude notar que sus heridas lentamente estaban regenerándose.

— Te creí muerto maldito bastardo...— murmuré con dificultad. Me costaba respirar y mi cuerpo estaba demasiado débil como para mantenerme en pie.

Su rostro se transformó y noté la furia en sus ojos. Comenzó a gruñir y a maldecir en varios idiomas antiguos. Hasta que volvió a acercarse a mí y me tomó del mentón.

—Qué ingenua eres... Te creía más inteligente ¿Acaso no te das cuenta verdad? Los Panzyer somos invencibles... Nunca podrás matarme pequeña ardilla... Pero yo a tí si.

  Violentamente quiso abalanzarse sobre mí, pero lo detuvo de un fuerte golpe mostrando mis dientes.  Inmediatamente vi como asomaba sus dos inmensos colmillos decidido a clavarlos en mi cuello y un fuerte golpe en la cabeza hizo que Arthur se alejara al instante y quedara tendido en el suelo inconsciente. Todos los sujetos que nos rodeaban quedaron boquiabiertos, al ver a Klaha con un inmenso tronco entre los brazos con el cual había golpeado a Arthur.

— ¡Haz golpeado al Líder! ¡TE MATARÁ EN CUANTO DESPIERTE! — oí una voz a mis espaldas. 

—¿¡Estás loco Klaha!? — exclamó otro. Todos parecían estar muy nerviosos y preocupados.

—Ahora debemos matarte... Si el líder despierta y descubre que nadie lo ha hecho nada nos matará a todos — dijo otro seriamente.

— Muchachos, por favor... Tranquilícense— exclamó Klaha echándose el pelo para atrás — Hemos estado juntos muchos años. Asesinamos centenas de humanos, vampiros, hombres lobo... Y seguimos aquí. Hemos perdido varios compañeros en el camino,.lo sé, pero...  ¿Realmente creen que sin él no podríamos continuar? Arthur solo tenía como objetivo encontrar a alguien. Estaba sediento de venganza... Y finalmente, luego de tantos años, la encontró... ¡Es ésta chica de aquí! — gritó mirándome con el ceño fruncido. No parecía tener ni una gota de aprecio hacia mi. Todos los demás lo continuaban mirando y escuchando atentamente— Arthur la matará, la violará, la descuartizará... Y todo lo que se le plazca hacerle ¿y luego qué? ¿Cual será nuestro destino? ¿Qué haremos luego? Arthur nos ha prometido una gran vida, mujeres, dinero y por sobre todo... Sangre. Mucha sangre. Pero... ¿Hasta cuando? Lo vieron con sus propios ojos, puede prometernos todo, menos la vida eterna. No somos inmortales. Lo eramos cuando algunos de nosotros comenzamos siendo vampiros, pero varios de los nuestros han muerto... Los vampiros están descubriendo a lo que somos débiles. ¿Comprenden? NO SOMOS INMORTALES. Pero ella si, es una Gran Aristócrata. Lo lleva en su sangre. ¿Entienden a qué me refiero señores...?

Reivindicación de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora