De a poco comencé a abrir mis ojos, una luz cegadora hizo que los vuelva a cerrar bruscamente. Pestañeé un par de veces hasta que pude adaptar mi vista a la luz. No era la luz del sol, era apenas la de una lámpara, pero era encandilante.
Sentí mi cuerpo totalmente ligero. Los ojos de Dimitri me miraban expresivos y emocionados. Miré a mí alrededor un poco desorientada hasta que logré descubrir que me encontraba en casa, en mi habitación, en mi cama. No recordaba nada de lo que había ocurrido y por un instante pensé que todo había sido nada mas ni nada menos que una horrible pesadilla.
La mesita de luz estaba repleta de vendas ensangrentadas y a la par mía de la inmensa cama de dos plazas se encontraba Klaha acostado. Me volteé a verlo sorprendida.
— Qué... ¿Qué pasó? — tartamudeé atónita.
—Arthur estaba a punto de morderte mamá — dijo Dimitri en voz baja tomándome dulcemente del brazo — y... Klaha te defendió. Se interpuso entre ustedes y... Me temo que sus colmillos fueron a parar en su cuello. Desconozco que reacciones tendrán los Panzyer al morder a uno de los suyos, pero de un segundo a otro Klaha perdió el conocimiento...
—¿Y... qué paso con los demás? ¿Dónde están? — exclamé preocupada volteandome a ver el rostro de Dimitri — ¡¿Te encuentras bien?!¿Cómo hiciste para escapar de ellos? ¿Te hicieron algo?
— Tranquila mamá. Estoy bien, los demás huyeron... El cielo comenzó a despejarse y los rayos del sol atravesaron la espesura de los árboles. No tuvieron otra alternativa más que escapar antes de calcinarse.
—Y nosotros como... ¿Cómo llegamos aquí...?
— Los cubrí con lo que pude para que el sol no los tocara y los traje para aquí. Me temo que el sol a penas rozó algunas zonas de su cuerpo... Pero nada grave — dijo levantando apenas un poco la sábana que cubría a Klaha dejando a la vista una pequeña quemadura en su pierna.
Me abalancé sobre Dimitri y lo abracé con fuerza. Pasó de estar tendido en una cama a punto de morir a rescatarnos. Nuestras vidas habían cambiado en apenas un par de días. Volví a arrimarme a Klaha y me llevé la gran sorpresa al mirarlo minuciosamente de que no respiraba.
— Esto... Esto no está bien — dije confundida. Rápidamente lo destapé, le quité la camisa y lo inspeccioné cuidadosamente. Tenía heridas por todos lados, rasguños y marcas por el arduo enfrentamiento que habíamos tenido como así también leves quemaduras por el sol. Pero lo que más resaltaba en su pálida piel eran dos puntos rojos en carne viva sobre su cuello que aún continuaban con sangre.
—Pero... ¿Acaso no es vampiro? No debería pasarle nada ¿o si? — preguntó Dimitri dubitativo al verme examinar a Klaha con cuidado.
— No lo sé Dimitri... Realmente no lo sé. Los Panzyer son otra clase de vampiros. Han evolucionado o tal vez involucionado, no lo sé... Sólo sé que al consumir sangre de otros vampiros te haces más fuerte y consigues tener otro tipo de poderes, pero atacarse entre ellos mismos no sé que efectos tendrá en su organismo.
— ¿Poderes? ¿Qué clase de poderes?— preguntó confundido — ¿Como los que me trasmitiste a mí?
— Si... —murmuré pensativa, intentando encontrar alguna manera de hacer revivir a Klaha — Poderes similares a los míos. Pueden volar más alto y más rápido, como también moverse de prisa o hasta incluso convertirse en animales... Y lo más peligroso es, que pueden hipnotizar a los humanos y hacerlos realizar cosas por ellos. Así que escúchame bien Dimitri... Ahora quien corre peligro eres tú. Bajo ninguna circunstancia permitas que Arthur te mire fijamente a los ojos, ni él ni ninguno de sus compañeros... ¿de acuerdo? ¡NO LO PERMITAS!
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Reivindicación de Sangre
VampireTodo vuelve aunque no de la manera que pensábamos y así como del amor al odio hay un solo paso, del amor a la muerte solo existe un abrir y cerrar de ojos. ADVERTENCIA: Esta novela contiene escenas de violencia, sangre, menciones a desnudos, actos s...