Capítulo N° 8 - Descontrol

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No fue fácil adaptarme a mi "supuesta" enfermedad, pero con un poco de Internet pude maso menos informarme de qué se trataba para ir cada vez más acorde a los síntomas y no levantar sospechas. Los chicos no volvieron a insistir sobre las juntadas, ni las cenas,  ni nada por el estilo, muy por el contrario estaban muy pendientes de mi salud. Nos limitábamos a vernos en el colegio, aunque sabía que ambos se veían en otras oportunidades porque eran vecinos y eso me alegraba, aunque me perdía de muchos momentos con ellos.

Ese viernes estábamos en el comedor charlando luego de la aburrida clase de Geografía y mis amigos estaban más charlatanes que de costumbre. Esta última semana le ofrecí mi cena a Olivia excusándome que estaba un poco descompuesta y que no me apetecía comer, ella sin dudarlo la aceptó, su apetito había aumentado notoriamente. De repente Frederic golpeó la mesa con los puños diciendo "¡HOY SALIMOS!". Me quedé muda unos segundos mirándolo atónita, luego fruncí el ceño. "¿Acaso no habíamos hablado ya de este tema?" pensé.

— No volveremos tarde ¡te lo prometo!—gritó agarrándome de ambas manos. Venía contándonos sobre una fiesta hacía ya varias semanas pero no quisimos darle mucha importancia, porque lógicamente mi respuesta era un "NO". 

—Frederic, ¿acaso no entiendes que Juliet NO PUEDE, NI QUIERE IR? — gruñó Olivia entre dientes entrecerrando los ojos— ¡Si tanto quieres ir, ve solo! 

—Por favor, es algo importante para mi... ¡No pueden NO venir conmigo!  —murmuró bajando la mirada intentando que nos compadeciéramos de él.

— A ver dime... — suspiré — ¿De qué trata esta fiesta y porqué es tan importante que vayamos?

Frederic quedó en silencio varios segundos, comenzó a morderse los labios y sus ojos se cristalizaron. Estaba a punto de llorar, eso me enterneció y sorprendió al mismo tiempo.

— Es que... es mi despedida — susurró con un hilo de voz. 

—"¡¿QUÉ?!" —gritamos al unísono con Olivia clavando nuestras miradas en él 

— Me voy chicas... Me voy a París.

Por un momento sentimos que nos estaba tendiendo una broma, Frederic solía hacer ese tipo de cosas para luego saltarnos encima con una sonrisa mientras nosotras lo insultábamos en todos los idiomas. Pero esta vez no lo hizo. Los segundos que parecieron eternos no hacían más que resaltar el silencio incómodo que había en la mesa. Frederic nos miró a los ojos y sonrió tímidamente. Nos tomó las manos y comenzó a acariciarlas con dulzura. Me quedé mirándolo sin pestañear. No comprendía del todo su repentina "despedida".

— ¿De... de qué hablas? — tartamudeó Olivia con la voz entrecortada mientras partía en llanto. Estaba más sensible de lo normal — Llega a ser mentira Frederic y te juro que...

—No es mentira— contestó seriamente — Perdónenme por no haberlo dicho antes, pero intentaba esquivar esta situación. Creí que lograría evitar llantos y golpes con unas cuantas copitas de alcohol encima, pero veo que me la hicieron difícil.  Creo que nunca les conté esto pero, mi sueño siempre fue abrir mis alas al mundo y lo digo en todos los aspectos, ustedes lo saben bien. Chamonix es un lugar hermoso, pero no puedo ser libre, ¿me comprenden verdad?

Asentimos lentamente. Era comprensible por un lado su planteo. Desde que Frederic nos contó sobre su sexualidad lo notamos mucho más abierto a diversos temas, al menos con nosotras, pero el resto comenzaba a señalarlo con un dedo y a cuchichear a sus espaldas. De todos modos nunca creímos que ese seria un motivo por el cual quisiera marcharse de aquí.

— ¿Es realmente necesario que te vayas por eso?— pregunté un tanto decepcionada, creí que estaba feliz de aceptarse y quererse tal cual es — Ya sabes, la gente habla sin saber, no debería de afectarte eso... 

Reivindicación de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora