Capítulo N° 6 - Olivia

221 33 3
                                    


La noche siguiente, partí hacia el colegio con una expectativa diferente a la de los días anteriores, aunque la duda de no saber cómo actuar seguía rondando por mis pensamientos. Llegué y me senté en mi banco como todos los días, Frederic entró al salón unos minutos después pero no me dirigió la palabra ni la mirada.

"Genial" pensé, ahora me odia. Eché un vistazo a todo el salón y no había rastros de la rubia plástica, digo... de Olivia. Cuando tocó la campana para ir al comedor, Frederic se acercó a mí y me tomó del brazo bruscamente.

—Mira... Sé que no quieres saber nada con relacionarte con gente — murmuró en voz baja —pero Olivia está encerrada en el baño desde la primera hora llorando.

—¿Que? ¿Porqué?—grité sorprendida — ¿Le paso algo?

—Shhh, baja la voz— murmuró — No lo sé, por lo que me contaron no paró de llorar en toda la mañana y no quiere hablar con nadie.

— Qué lástima quizá se le rompió su labial nuevo — contesté sarcásticamente sin darle demasiada importancia. Frederic me miró con el ceño fruncido.

—Pensé en ti...— dijo seriamente— sabes hablar y sobre todo escuchar. ¿Por qué no vas y hablas con ella? Intenta ayudarla y prestarle un hombro. Creo que en años nadie hizo eso con ella.

Me quedé muda. De mi boca estaba a punto de salir un contundente "NO", pero recordé la frase de Gerard "algo bueno saldrá de esto". Respiré hondo y bajé la mirada.

— De acuedo, está bien — dije en voz baja,

— Gracias Juliet — contestó sonriendo besándome en la mejilla — gracias de verdad. Eres una gran persona.

Respiré despacio y profundo mientras me dirigía a la galería de los baños. Cuando estaba a punto de entrar pensé en dar media vuelta e irme, pero recapacité al oír el llanto desconsolado de Olivia. Entré sigilosamente y me senté contra la pared a escucharla.

— ¡Qué idiota! ¡Qué idiota! — repetía una y otra vez entre llantos dentro del baño.

Intenté mantener el silencio, escuchando y esperando, no quería que salga y me tirara con algo por la cabeza. En menos de cinco minutos se había sonado la nariz más de quince veces y no paraba de llorar ni un segundo. Me causaba angustia oírla, pero a su vez sentía curiosidad. Ya me había olvidado cómo se lloraba.

En ese instante me puse a recordar las pocas veces que había llorado en mi vida "humana" y eché un suspiro.

— ¿¡Quien anda ahí?!— gritó.

— Soy... Juliet — tartamudeé sin saber muy bien si revelar mi identidad tras la puerta del baño serviría de algo.

— Déjame sola— gruñó con la voz entrecortada.

—No creo que afecte mucho el hecho de que yo esté o no aquí... — dije suavemente— estoy hace veinte minutos escuchándote llorar e insultarte así que supongo que me quedaré hasta que salgas de ahí y quieras contarme porqué te lamentas tanto.

Olivia quedó en silencio mientras intentaba respirar por su congestionada nariz.

—No me molestes, no quiero hablar con nadie.

—Está bien — suspiré sentándome en el suelo — entonces cuando salgas yo seguiré aquí.

—¡No! ¡Vete idiota! Déjame sola — dijo entre llantos agresivamente.

— Mira... No es necesario que me insultes, yo no lo he hecho. Simplemente estoy queriéndote ayudar... Dime ¿consigues algo llorando? ¿Acaso es esa la manera de solucionar las cosas?

Reivindicación de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora