No es correcto, pero te amo♥

Capítulo 36

—¿Qué tienes? ¿Por qué lloras Silvia? —dijo su hermana sosteniéndola de los brazos. 

—Jorge no me contesta, escuché un estruendo como, el sonido de un coche estrellándose o no sé, creo que le paso algo Andy lo siento aquí —coloca sus manos en su pecho.

—Tranquilízate Silvia, quizá se quedó sin pila o algo así —trata de calmarla.

Su hermana se sentó en el sofá cubriendo su rostro con ambas manos mientras el teléfono de Andy sonaba.

—Andy.

—¿Qué pasa Arturo?

—Estoy en camino a la clínica, atropellaron a...—toma aire — a Jorge —dice sollozando y limpiando sus lágrimas pues iba en la ambulancia donde llevaban a su amigo.

—No puede ser —cubrió su boca con su mano —¿A dónde lo llevan dime?

—Te paso la dirección por mensaje, mi amor ven rápido te necesito, Jorge se ve muy mal —limpia sus lágrimas.

—Ya vamos para allá, amor tranquilo ahorita te veo, te amo —y colgó la llamada. 

—¿Qué paso?—preguntó Silvia.

—Quiero que te tranquilices y me escuches por favor porque le puede hacer mal a mi sobrina.

—Dime Andrea —dijo desesperada.

—A Jorge...lo...atropellaron

—Ese era lo que sentía, ¡dios!, ¿Cómo está Andrea? —sus lágrimas comienzan a caer.

—No sé pero vámonos al hospital Arturo esta con él y me acaba de pasar la dirección vamos, ¿quieres que lleve a León con papá? Ya ves que no dejan entrar bebés al hospital.

—Si llévalo y luego me alcanzas en el hospital mándame la dirección y allá te veo.

—Con cuidado y todo saldrá bien tranquila —se abrazan y se despidieron. 

Andy subió corriendo y empacó algunas cosas para el pequeño en su pañalera, por otro lado Silvia conducía a una velocidad no muy favorable y en menos de 20 minutos ya estaba ahí. Estacionó el coche y entró al hospital.

—Arturo —lo llamó y él se acercó a abrazarla — ¿Cómo está Jorge? ¿Ya te dijeron algo?

—Aun no me dicen nada Silvia —su voz era algo entrecortada.

—¿Cómo pasó esto? —pregunta triste.

—Una señora me dijo que él salía de una panadería y que hablaba por celular cuando un tipo se pasó el alto y se fue justo contra él, que lo arrastró varios metros y luego huyo él muy cobarde.

—Yo estaba hablando con él, yo provoqué su accidente —comienza a llorar.

—No, tranquila no fue así, la culpa es de ese imbécil tranquila.

Se sentaron y Andy llegó.

—¡Mi amor! —se acercó a Arturo y se abrazaron con fuerza.

—Ya estoy aquí amor, ¿ya les dijeron algo?

—No aun no sale nadie —dijo su hermana.

De pronto se acercó un doctor y comenzó a llamarlos familiares del señor Jorge Salinas —llamó la atención de varios pero sólo ellos se giraron hacía él. 

—Somos nosotros, ¿Cómo está Jorge?

—Él está muy grave, el vidrio que tenía en su cabeza logro raspar un poco dentro de la piel provocando una infección, tiene dos costillas rotas y golpes en la rodilla y brazo derecho —dijo algo preocupado.