Capítulo 34

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—Wendy eso no tiene sentido, no me puedes poner entre la espada y la pared, te pido que no te metas en eso, es asunto de nosotros y aparte esto se debe solucionar de algunas manera, pero no va a ser separándome de mi mujer, eso nunca —Jorge alzó la voz.

—¿Qué estás diciendo Jorge? —Silvia apareció y los escuchó. 

—Yo los dejo solos, ¿quieren que me lleve al bebé? —se ofreció Wendy. 

—No, aquí tiene a su mamá para que lo cuide —ella asintió y se fue dejándolos solos. 

—Amor, mi hermana me estaba diciendo que lo mejor para que esta situación acabe es mejor que nos separemos —Jorge bajó su mirada. 

—¿Y le vas a hacer caso? —lo miró atentamente sería mientras lo mira temerosa de su respuesta. 

—Por supuesto que no Silvia, si ellos no aceptan nuestro amor eso es su problema, ya estoy harto de que todos quieran decidir por mí, estoy cansado de todo —Jorge estaba a punto de llorar. 

—Cálmate mi vida, te puede hacer mal tranquilízate —se acercó a abrazarlo. 

El doctor llegó hasta ellos y les informó que Doña Claudia sufrió una amenaza de infarto y que lograron estabilizarla, la pasaron a una habitación y su padre le dijo a Wendy que entrará ella pues él no tenía el valor de verla a los ojos, pues él se sentía culpable, y sí, sí lo era.

—Con todo esto ni te he preguntado, ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? ¿Mi princesita? ¿Están bien, amor? —tocó su vientre tiernamente. 

—Sí estamos bien pero queremos que tú también lo estés —besó sus labios cortamente. 

—Ya sólo veo a mi madre para asegurarnos que está bien y nos vamos —Silvia asintió. 

Su hermana salió al cabo de unos minutos y Jorge entró, estuvo platicando muy poco con ella pues el medicamento le producía sueño. El doctor le dijo que tenía que quedarse por lo menos una noche en el hospital para que tuviera los cuidados necesarios, su padre se quedaría con ella toda la noche. Jorge junto con Silvia entraron al auto y llevaron a Wendy a casa de los padres de Jorge. 

—Cualquier cosa me hablas, hermana —le dijo abrazándola. 

—Sí George, ¿mamá estará bien, verdad?

—Sí Wendy estará bien, tú tranquila y trata de descansa. 

Le di un beso en su frente y ella entró a la casa. Jorge entró al auto, miró a un lado y Silvia estaba profundamente dormida ni siquiera sintió cuando él descendió del coche. Miró a León y estaba descansando al igual que su mami. Condujo rápidamente hasta la casa de Silvia y se estacionó al llegar. 

—Silvia, mi amor —le acaricia el rostro suavemente.

—Mm, ¿Jorge? —frotó sus ojos. 

—Ya estamos en tu casa, ven vamos para que descanses. 

La ayudo a levantarse y él tomó a León entre sus brazos y ella entrelazó su mano con la suya. Ella sacó las llaves y entraron a la casa, subieron hasta la habitación de León y le pusieron su pijama y lo acostaron en su cuna, el pequeño cayó rendido.

—Es el osito que le di, ¿verdad amor? —besa su mejilla mientras la abraza por detrás.

—Sí amor, siempre duerme con el. 

—Me encanta que seamos muy unidos, es un bebé maravilloso —dejó un beso en su cuello. 

—Lo sé mi amor, es un bebé increíble y sé que también lo será el que viene en camino, ¿verdad? 

No es correcto, pero te amo♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora