Capítulo 38

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—¿Qué haces aquí Gerardo? —tono molesto.

—Vengo con la mejor de las intenciones, ya sé que lo que te hice no tiene nombre per...—fue interrumpido por Silvia. 

—Claro que lo tiene, intentaste abusar de mí, eres un cobarde.

—Sé que también no tengo perdón pero, déjame explicarte lo que pasó ese día por favor Silvia.

—¿No crees que te tardaste un poco en pedirlas? —se cruza de brazos observándolo fijamente.

—Sí lo sé, ¿sabes? mejor me voy, lo siento —se da la vuelta dispuesto a irse. 

—¿A qué viniste? —le dijo algo fastidiada.

—Ya te lo dije, a eso, y a ver a mi bebé, pero sé que no me dejaras verlo y lo merezco es lo menos que merezco —baja su mirada.

—No te puedo negar que lo veas, es tu hijo —lo dudo un poco pero al final aceptó —adelante —abre el portón.

—¿Segura? No quiero incomodarte o algo.

—Pasa. Ambos cruzaron el patio y entraron a la casa y se toparon con Andy quien salía de la cocina con León entre sus brazos.

—¿Qué está haciendo este tipo aquí Silvia? —dijo molesta.

—Sólo viene a ver a mi bebé y después se irá Andrea.

—¿Me permites cargarlo? —Andy después de mirar a su hermana molesta y después de la aprobación le dio a León.

—Hola bebé te he extraño mucho mi amor —besa su frente.

—Bueno estás loca o son efectos de los medicamentos —le susurró a su hermana.

—Andrea ya sé que a lo mejor estoy haciendo mal, pero es su padre y tiene derecho a verlo.

—Estas tan grande y casi no sonríes como papá —el pequeño solo lo miraba pero no sonreía. 

—Qué raro cuando está con Jorge no para de reír —su hermana le dio un codazo.

—Pues sí, él lo disfruta más tiempo y a todo esto, ¿Cómo les va? ¿Están bien? ¿Jorge cómo está?—finge preocupación.

—Estamos bien gracias a Dios —responde amablemente.

—Me alegro mucho por ambos, que estén bien, que él este viv...bien —una sonrisa fingida se dibujó en su rostro.

—Bueno yo me retiro —ve a su bebé—mi amor, papá te ama y pronto te visitaré de nuevo mi pequeño —Andy alzo una ceja negando —si tu mami me deja claro, si no será cuando ella lo permita, te amo mi niño —besa su pequeña frente y sus manitas — Con permiso y espero que me puedas perdonar algún día Silvia —le da al pequeño y ambas lo acompañan a la salida.

—Gracias por darme la oportunidad de ver a este hermoso —acaricia su espalda.

—Por nada como te dije, es tu hijo y no te lo puedo negar pero en fin buenas noches —ella cerró el portón. Entró a la casa pues la lluvia comenzaba a caer, ella acostó al pequeño en sus brazos y lo arrulló para que terminara de dormirse.

—¿Bueno a ti qué te pasa? Ese imbécil casi abusa de ti ¡caray! —dijo su hermana algo irritada y molesta.

—Andy el doctor me dijo que ya no recibiera emociones fuertes y discutir con él no era lo más razonable, aparte viste que ya no es el mismo bueno se ve muy diferente a como lo vi hace un par de meses, y aparte es su hijo también yo no soy nadie para prohibirle que lo vea.

—¿Cómo se va a poner Jorge cuando le digas? —pregunta cruzándose de brazos —porque supongo que si le dirás, ¿no?

—Sí claro.

No es correcto, pero te amo♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora