No es correcto, pero te amo♥

Capítulo 51

—¿Y ahora qué quieres hacer?

—Me quiero divertir un rato

—¿Con qué?

—¿No extrañas a tu bebé?

—Sí, pero eso qué tien...—una sonrisa de oreja a oreja de dibujo en el rostro de aquella mujer.

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—Buenos días  a todos, como verán estamos en la época más bonita del año, la navidad ya está a la vuelta de la esquina y ¿Qué dijeron? a su viejo jefe ya se le olvidó, pues no porque estoy organizándoles una fiesta para convivir y para integrarnos un poco más y será más en grande porque las ventas han estado muy bien y eso significa que estamos haciendo un buen trabajo, somos muy buen equipo, así que se la merecen —todos aplaudieron y se sonrieron entre sí.

—Ya nos merecemos más que una fiesta —dijo Flor.

—El aguinaldo tío —gritó Gustavo y todos rieron.

—Y cambiando de tema —él río —será en el Altum como las otras veces, les haré llegar la invitación lo más pronto posible, y bueno ahora vámonos a trabajar, que tengan buen día. —Todos se fueron a sus oficinas, Silvia a la suya y Flor igual.

—Hola, ¿puedo pasar?

—Pasa Marcelo —dijo Silvia.

—Y, ¿vas a bailar conmigo el día de la fiesta de navidad?

—Aún no sé sí vaya a ir.

—¿Por qué guapa?

Mierda, hay un millón de palabras más y me dice esa que me recuerda tanto a él —piensa afligida.

—No sé, oye tengo trabajo te parece si hablamos después.

—Quizá está noche, recuerda que te invite a cenar ¿si iremos verdad?

—Ah sí —dijo sin ánimos.

—Ya quiero que sea de noche, te tengo una sorpresa, bueno te dejo para que trabajes te quiero —él salió de la oficina.

—¿Una sorpresa? Dios ayúdame a darme una oportunidad con Marcelo me está demostrando que en verdad está cambiando, ayúdame con esto te lo suplico y ayúdame a no desistir de la decisión que tomé.

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—¿Cómo vas Salinas? —dijo Mario.

—Bien ya estoy al tanto de lo estados financieros y estoy revisando que no haya ni un desperfecto.

—Excelente, también te vengo a decir que muy pronto será la fiesta de navidad de la oficina, y me habló Will hace un rato y la está organizando y me pidió que invitara a todo el personal y eso te incluye a ti.

—Gracias señor y sí claro encantado de ir.

—Bien, en unos días te doy la invitación

—Perfecto, gracias.

(...)

—León ven, dile a Arturo cómo te llamas, ven, mi amor —su tía le hablaba al pequeño quien no dejaba de caminar en su andador por toda la casa.

—¿Cómo, apoco ya habla? —habló sorprendido. 

—Sí, bueno no, bueno es que le digo que cómo se llama y me dice que guapo —ella río.