Capítulo 58

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Al día siguiente ella despertó y fue al cuarto de su pequeño, miró como su pecho subía y bajaba con lentitud le encantaba verlo por la mañana aunque sus ojitos verdes aún no la miraban porque por lo regular a esa hora él estaba profundamente dormido, dio un beso en su sien y acaricio su cabello. Regresó a su habitación y entró al baño a tomar una ducha. Sentía caer las gotas de agua sobre su cuerpo disfrutando de esa tranquilidad, se relajó y al cabo de unos minutos salió y se puso su bata de baño blanca. Fue hasta su guardarropa y eligió una falda en color vino ceñida a su cuerpo, una camisa negra de manga larga, secó su cabello y lo dejó suelto como acostumbraba. Colocó sus tacones negros y bajó hasta la cocina. Mientras cocinaba escuchó el teléfono y atendió.

—¿Qué pasa mamá?

—Te he mandado la invitación a la fiesta de tu padre por correo —dijo su madre.

—¡Oh! Déjame revisar ahora enciendo la computadora.

—¡NO! Te la envié por correo, debe estar en tu buzón ahora.

—¿Por qué no mandarla por la red para que sea más fácil para todos?

—Porque mejor no sales a tu buzón y luego me dices qué tal quedaron, bueno hija te dejo, debo ir a hacer ejercicio ya sabes. Ella río y colgaron la llamada.

Y como le ordenó su madre, salió hasta afuera de la casa pero vio un coche estacionado y al instante lo reconoció, era el coche de Jorge. ¿Qué hacía a estas horas? ¿Por qué estaba dormido dentro? No usaba traje, usaba una camisa roja y al parecer no venía de casa. Se acercó hasta el coche y tocó la ventana, sobresaltando al par de amigos.

—¡Silvia! —Jorge bajó de inmediato la ventana, pero despertó y abrió la puerta que era más lógico o ¿no? Claro que sí.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Mi amor, te juro que lo de las fotos es falso yo si estaba en el bar pero solo en lo que fui por unas bebidas estaban molestando a Danna y yo solo la defendí de ese tipo porque él la estaba forzando y lo hice como lo hubiera hecho por cualquiera, y te juro que yo pensé que no había mujeres y entonces un tipo se acercó y nos tomó la fotografía pero yo no hice nada, porque yo te amo y te prometí que te contaría todo, y porque tú confiast...—Silvia lo interrumpió.

—¿Qué? —ella lo miró confundido.

—Te juro que esas fotos...

—¿Cuáles fotos? ¿Jorge estás soñando aún?

—¿Aún no ves las fotos?

—No sé de qué hablas, ¿Cuáles fotos?

—¿Vamos adentro para que te explique?

Ella asintió y entramos a la casa dejando a Arturo dentro del coche durmiendo, solo le puso el seguro al coche y subió la ventana.

.

—Te preparé crepas con nutella y plátano, e hizo café y licuado de plátano ¿quieres que te sirva?—le dijo aquel hombre en un tono amoroso.

—Pero que mierd...al ver todo lo que él había preparado le hizo pensar en una infinidad de cosas peor la primera era que quizá él se estaba enamorando de ella, y al parecer ella también pero nadie podía saber eso y mucho menos iba a mostrar ese lado romántico que perdió hace ya bastante tiempo —Gerardo eso me va a engordar —le dijo Rebeca en un tono molesto.

—Ay Rebeca estás súper delgada y no debes preocuparte porque no te hará engordar mucho —dijo en un tono irónico —pero en fin si no quieres da igual, más para mí —él se sentó frente al comedor y ella lo miró con el ceño fruncido —¿Regresas a la empresa hoy? —le preguntó Gerardo.

No es correcto, pero te amo♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora