Capítulo 1. "Change your life"

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Por fin suena el timbre que indica que ha llegado el fin de las clases, no sé si eso es buena o mala señal, bueno, realmente sí que lo sé, es mala, mala porque ahora tendré que enfrentarme a la panda de subnormales que se mete conmigo cada día. Cuando estoy en clase, a pesar de que escucho rumores metiéndose en algún momento que otro conmigo eso no tiene ni punto de comparación con lo que me suelo encontrar a la salida. Recojo mis cosas tranquilamente y como casi cada día salgo la última de clase, paso por mi taquilla a coger un par de libros y cuando la abro me encuentro algunas notas con mensajes bastante despectivos hacía mí escritos, sin más las cojo y las tiro en la papelera que tengo a lado, aunque se me dé bastante bien disimular las cosas aquello me duele, si en esos momentos estuviera en mi casa estaría llorando encerrada en mi habitación desconsoladamente como hago casi cada día. Recojo los libros de la taquilla y los acomodo en mi brazo puesto que no tengo espacio suficiente en la cartera para guardarlos, cierro la taquilla y me dispongo a salir del edificio sabiendo que es lo que me espera a continuación.

- ¡Empollona! - gritan unos.

- ¿Has visto que falda más fea lleva hoy? - ríe un grupito de chicas que dejo a mano izquierda.

- ¡Empo! ¡Empo! ¡Empo! - gritan otros entre carcajadas al verme pasar mientas acelero el paso para acabar con eso lo antes posible.

Camino rápido, no paran de meterse conmigo unos y otros, aquello empieza a ser bastante insoportable. No me paro, sigo firme mi camino con la cabeza agachada para no tener que mirarles y que vean la expresión de mi rostro que no debe decir más que sufrimiento y dolor. De repente un chico choca contra mí y toda la comida que llevaba en su bandeja acaba sobre mi cuerpo poniéndome perdida.

- ¡Joder! - me quejo mientras elimino los restos de comida de mis libros y mi ropa.

- Ui, lo sien... Anda, pero si es la empollona - se ríe mientas mira a sus amigos que le siguen la gracia.

- Casi que está más guapa así, ¿no creéis chicos? - dice uno de los amigo del imbécil que se ha chocado conmigo, ya no sé si ha sido adrede o un accidente, pero cada vez pienso más firmemente que ha sido la primera de las opciones.

Les dejó allí riéndose y burlándose de mí, no quiero saber nada de ellos, solo quiero llegar a casa y ducharme, allí es el único sitio donde no tengo que esconderme para protegerme de esa gente y puedo ser yo misma. Acelero el paso todo lo que puedo hasta llegar a casa, la gente me mira raro por el hecho de que voy cubierta en salsa barbacoa y kétchup y que probablemente todavía lleve algún que otro resto de comida por mi cuerpo, la verdad es que así me doy asco hasta a mí misma.

Por fin llego a casa, como de costumbre no hay nadie, mis padres siguen de viaje como siempre y mi hermano no ha llegado, debe de estar con los idiotas de sus amigos. Subo hasta mi habitación y dejo los libros y el bolso sobre el escritorio, está todo manchado de la comida del inútil ese, intento limpiarlo con una toallita y parece que la cosa mejora. Cuando acabo cojo ropa limpia y me dirijo al baño, necesito darme una ducha para quitarme toda esa porquería que llevo encima y el olor nefasto que me ha dejado por todo el cuerpo.

Me miro al espejo y la verdad es que tengo un aspecto horrible, más del que habitualmente tengo, la verdad es que no soy muy guapa y que te lo recuerden cada día tampoco ayuda, hace que te veas todavía más fea de lo que ya eres. Me quito una patata frita que todavía llevo en el pelo y me meto en la ducha, me quedo allí por un largo rato, no pensando en nada, me limito a notar como las gotas de agua chocan contra mi piel y me relajo así.

Cuando salgo me arrollo en una toalla y me paro delante del espejo de nuevo mientras me seco y me pongo la ropa limpia. Ojalá fuera una pequeña parte de lo guapas que son las otras chicas, ojalá la gente se fijara en mí no por las notas que saco sino por quien soy, no me gusta verme así, me digo a mi misma. Pero como siempre, concluyo pensando que eso no tiene solución, supongo que cada uno ha nacido para tener un papel en este mundo y el mío es el de ser una marginada social con la que se mete todo el mundo. Me acabo de vestir y de secar el pelo y vuelvo a mi habitación.

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