Capítulo 14. "C'mon, shut up"

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- Entonces, ¿Eres nuevo por aquí? - pegunto mientras recojo mis cosas.

- Sí, llegué la semana pasada - dice alegremente.

- Este lugar no tiene nada de especial y suele ser muy aburrido pero bueno, yo tan solo espero que te guste - informo con una media sonrisa dibujada en la cara.

- Eso espero - me mira y sonríe sin enseñar los dientes mientras se echa la mochila al hombro y yo le sonrío a él también - Ey, ¿Quieres ir a tomar algo a la cafetería en esta hora libre? - dice algo sonrojado masajeando nerviosamente su nuca.

- Claro, por qué no - digo en una pequeña risita ante su reacción.

Salimos juntos de clase para acercarnos hasta la cafetería, esta está llena de gente como de costumbre, ambos nos acercamos tranquilamente a la barra.

- ¿Qué quieres? - me pregunta Peter.

- Un café con leche - digo dando un pequeño salto para conseguir sentarme en uno de los altos taburetes de la barra mientras Peter se sienta en el que esta junto al mío para llamar la atención del camarero.

- Un café con leche y una cerveza por favor - el camarero asiente y va a preparar el pedido que nos sirve pasados escasos dos minutos.

Discutimos por un momento quién va a pagar puesto que Peter ni siquiera deja que saque la cartera del bolso para pagar como mínimo mi café, así que acaba pagando él, que rabia me da cuando hacen eso.

- Entonces, ¿Tú eres de por aquí? - dice antes de chocar el botellín de cerveza contra sus rosados labios. Yo asiento mientras dejo la taza sobre el plato.

- Bueno, en realidad no - recuerdo - Llegué hace un par de semanas más que tú, pero bueno, ya empiezo a acostumbrarme a todo esto - rectifico para acabar bebiendo por segunda vez de mi café.

- Interesante - ríe, qué sonrisa más bonita, no me había fijado pero cada vez que sonríe se le forman unos hoyuelos muy graciosos en su bronceada piel.

- ¿Por qué te ríes? - pregunto extrañada.

- No sé, eres graciosa supongo - se encoje de hombros.

- Oh vaya, es la primera vez que alguien me dice que soy graciosa - hago unas comillas en el aire cuando pronuncio la palabra graciosa mientras se me escapa una leve risa.

- Exagerada, seguro que eres mucho más divertida que muchas de las chicas de por aquí - se gira para mirar a su alrededor - Además tú tienes una sonrisa preciosa a diferencia de ellas - se vuelve para mirarme, juraría que me acabo de poner roja, desvío mi mirada rápidamente cuando mis ojos y los suyos se encuentran para mirar hacia mi café, no me había fijado pero sus ojos son de un color miel muy bonitos - Ey, pero no te pongas roja que no lo he dicho para incomodarte, solo era un comentario - coge la mano que reposa sobre mi pierna y la acaricia con sus dedos, noto como los nervios se apoderan de mí.

- Gracias - digo en un susurro girando en mi taburete para mirarle de nuevo todavía sonrojada - Tus... Tus ojos son muy bonitos también - no soy capaz de mantener el contacto visual con él.

- Lo ves, eres muy graciosa - dice en una leve risa.

- ¡Oye pero no te rías de mí! - finjo molestia.

- No me río de ti, me río contigo, es diferente - sonríe mostrando los dientes.

- Así me gusta más - me uno a su sonrisa.

Nos quedamos por unos largos minutos en silencio, me siento incómoda no le conozco de nada y todo esto ha sido tan raro para mí. Tampoco tengo la sensación de querer salir corriendo en cualquier momento para no tener que estar ni cinco minutos más con él, es una de las primeras personas que me tratan bien desde hacía tiempo y me gusta su compañía, pero es algo raro para mí supongo.

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