Capítulo 19. "Kidnapped"

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Di un sonoro portazo al cerrar la puerta del coche, estaba furioso y pensaba descargar toda esa rabia que llevaba dentro, iba a partirle la cara al primero que se cruzara en mi camino. Pisé con fuerza el acelerador pasando de 0 a 200km/h en menos de cinco segundos, me daba igual la cantidad de semáforos en rojo que me pudiera estar saltando, la cantidad de gente a la que podía estar a punto de atropellar, cuando me enfadaba de verdad no me contenía y no iba a hacer una excepción aquella vez.

Estaba totalmente seguro de que la estúpida debía estar en casa de los Lowell, eran tan estúpidos que no habrían pensando en ponérmelo más difícil. Y en caso de que me equivocara pensaba partirle la cara al estúpido de Josh, llevaba demasiado tiempo deseando hacerlo y no me iba a contener esta vez.

Conduje hasta llegar a casa de los Lowell, situada a las afueras de la ciudad, conocía perfectamente aquel lugar, había trabajado para Des Lowell, maldito gordo de mierda, era lo único que podía pensar cuando recordaba sus asquerosas facciones. Los Lowell me debían demasiado y algún día pagarían caro por ello.

Rebusqué en la guantera del coche hasta dar con una cajetilla de cigarrillos, solo quedaba uno, lo acerqué a mis labios y lo encendí dando la primera calada mientras arrugaba la cajetilla y la lanzaba por la ventanilla. Volví a meter mi mano dentro de la guantera hasta dar con mi segundo objetivo, mi pequeña amiga en este juego, la coloqué en mi espalda asegurandome que no quedara al descubierto. Di unas cuantas caladas más al cigarro hasta hartarme de él y lanzarlo al suelo en lo que salía del coche cerrando la puerta de este a mi paso.

No tuve que dar muchos pasos hasta estar delante de la puerta de la casa de los Lowell, piqué al timbre y metí mis manos en los bolsillos de lado y lado de mi chaqueta. Lo que fuera que pasará en los próximos minutos no iba a ser del agrado de nadie, eso lo tenía claro, los Lowell no se andaban con tonterías pero yo tampoco.

- Pero mira a quíén tenemos aquí - me recibió Peter o como quisiera llamarse.

- No te metas en esto estúpido - le empujé apartándolo de mi camino.

- ¿Dónde te crees que vas? - intervino el estúpido de nuevo, no era a él a quién quería partirle la cara, pero si me tentaba un poco más no me lo iba a pensar dos veces.

- ¿Dónde está? - pregunté.

- ¿Dónde está quién? - contestó la voz de Josh a mis espaldas.

- Oh vaya ya empezaba a echar de menos tu irritante voz - giré sobre mis talones para observarle - ¿Dónde está? - repetí con exigencia.

- Esto no va así querido amigo - vocalizó en lo que daba una vuelta alrededor de mi.

- ¿Qué quieres? - espeté perdiendo la poca paciencia con la que había llegado a aquel mugriento lugar.

- Que pagues por lo que le hiciste a mi familia.

- Eso no va a pasar. Repito, ¿Dónde está? - me estaba empezando a sacar de mis casillas aquella estúpida conversación.

- Te puedes ir por donde has venido, nosotros nos encargaremos de ella - intervino Peter poniendo sus manos sobre mis hombros en un intento de sacarme de aquel lugar, me revolví en un rápido movimiento quedando lejos de él.

- No quieras meterte en esto o saldrás mal parado, no sé lo que te habrán pagado pero ten por seguro que te harán la vida imposible - le advertí, yo sabía lo que pasaba cuando te metías en los negocios de la familia Lowell y solo podía desearle aquello a mis peores enemigos - Me estoy cansando Josh, si no piensas decirme dónde está la buscaré yo mismo - dije en lo que le daba un codazo abriéndome paso en aquella casa en la que había estado tantas veces antes.

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