Capítulo 5: "Saved"

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Me asusto y mi primera reacción es agacharme para recoger lo que se me ha caído al suelo, lo dejo en mi taquilla y me giro para ver quien es el idiota que me acaba de asustar puesto que su voz no me es conocida.

- Buenos días preciosa - repite mientras se muerde el labio el muy idiota.

- Buenos días - me doy media vuelta para seguir a lo mío e ignorarle.

Es uno de los idiotas del equipo de rugby que escuché hablando de mí ayer, si se piensa que le voy a hacer caso porque vaya susurrándome al oído lo lleva claro el pobre. Rodea mi cuerpo con uno de sus brazos y me acerca a él, ¿Se puede saber qué coño hace?

- ¿Sabes? Es de mala educación ignorar a las personas de esa manera y más si vienen con las mejores intenciones como yo - dice de nuevo a mi oído.

- ¿Te importaría mucho soltarme? - digo tajante mientras intento quitar sus sucias manos de mi cintura.

- No hasta que me prestes atención.

- Pues lo llevas claro, déjame en paz, nadie te ha pedido que vinieras a babearme gilipollas - digo con asco y desprecio.

- Así me gustan a mi las chicas, con carácter - estúpido baboso, se está ganando una buena patada en los huevos.

- Me da igual como te gusten las chicas, suéltame te he dicho - digo forcejeando con sus manos.

- Tú podrías ser mi chica si me dejarás - dice lentamente a mi oído y luego muerde el lóbulo de mi oreja haciendo que un escalofrío recorra todo mi cuerpo.

Joder, ¿por qué me tiene que pasar esto a mí? Yo no he pedido que el imbécil este venga a joderme el día y para colmo no hay nadie por el pasillo, bueno sí, otros gilipollas del equipo que le miran comentando la jugada, menuda panda de retrasados.

- ¡Que me sueltes joder! ¡Yo no voy a ser nada tuyo ni ahora ni nunca!

Sé que tiene las piernas entreabiertas porque sus pies están junto a los míos, la única manera de salir de esa va a ser pegándole una buena patada en los huevos, así seguro que me suelta. Encojo mi pierna todo lo rápido que puedo y con toda mi fuerza hasta plantar el tacón de mis sandalias en sus partes bajas, me suelta rápido para llevarse las manos a los huevos, eso le debe haber dolido pero que se joda, eso le pasa por retrasado.

- ¡Serás puta! - dice mientras se retuerce de dolor encogido.

- ¡Tú si que eres un hijo de puta!

Dirige su mirada hacía mí de nuevo, esta vez se nota la rabia en sus ojos, se puede decir que si las miradas matasen en ese momento yo estaría más que muerta. Ahora tengo miedo, quiero salir de ahí rápido pero me da miedo, está al acecho, como dé un paso en falso quién sabe lo que pueda llegar a hacerme el gilipollas ese. Gritaría pero no va a servir de nada, no hay más que los payasos esos por el pasillo y encima se han acercado para ayudar al imbécil y me están rodeando, en menudo lío me acabo de meter. Me muevo lentamente hacía un lado intentando salir de ahí per el imbécil me para de nuevo, esta vez no con tanta "amabilidad" como la vez anterior.

- ¿Dónde te crees que vas? - da un puñetazo en las taquillas justo al lado de mi cabeza, empiezo a temblar, eso me ha dado realmente miedo, me agarra por las muñecas tan fuerte que está empezando a hacerme daño, estoy acorralada, he chocado contra la pared y él corta mi paso en todas las direcciones - ¿Qué pasa? ¿Ya no eres tan valiente?

- Yo... Yo... Deja que me vaya - lo mejor que podía hacer suplicar, como si eso fuera a funcionar.

- Mirad chicos, ahora suplica - ríen todos ante mi comentario - Sabes que eso no va a pasar, ¿verdad? - vuelve a intervenir el idiota esta vez con una sonrisa demasiado asquerosa como para describirla en su rostro - Me gustan las chicas con carácter, pero si se pasan de la ralla como tú hay que castigarlas, ¿verdad chicos? - los gorilas de sus amigos asienten, genial, quiero morirme en ese momento.

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