- ¡Socorro! ¡Socorro! - grité con todas mis fuerzas hasta que el cuerpo del desconocido me acorraló en un rincón de la sala y apretó con fuerza sus manos sobre mis labios para impedir que pudiera articular la más mínima palabra.
- Sssssht - el desconocido se notaba nervioso, notaba su pie golpear una y otra vez el suelo haciendo un rido de lo más molesto y su cabeza de alguna manera intuía que miraba a un lado y a otro de aquel cuarto oscuro en busca de algo.
¿Qué se supone que debía hacer ahora? ¿Quién era aquel chico? Porque de seguro era un chico, por el olor a esa colonia que tan bien recordaba...
- ¡Aaah! - se quejó a causa del mordisco que le acababa de propiciar para que retirara su mano de mi boca - ¡Te has vuelto loca!
- ¡No, aquí el único que se ha vuelto loco eres tú! ¡¿Qué te crees que haces sequestrándome?! - dije intentando zafarme de su fuerte agarre una y otra vez a pesar de ser inútil, era demasiado fuerte como ya había podido coprobar anteriores veces.
- ¡Deja de gritar que al final nos escuchará alguien!
- ¡Deja de hacerlo tú primero y luego hablamos! - exigí.
Mis ojos empezaban a acostumbrarse a la oscuridad de la sala, ahora era capaz de divisar la silueta de su cuerpo, de ver un pequeño atisvo de expresividad en su rostro, de averiguar que estábamos en el mugroso cuarto de la limpieza.
- No sé cómo lo haces pero eres capaz de sacarme de mis casillas en un abrir y cerrar los ojos.
- Tranquilo, tú provocas la misma sensación en mí - no pensaba seguir en esos dos metros cuadrados encerrada junto a él por mucho tiempo más - Si me disculpas he quedado, debo irme - le empujé ligeramente intentando abrirme paso, cosa que fue imposible ya que se encargó de cortarme el paso.
- ¿Con quién has quedado? ¿Con Peter? - dijo con un tono de molestia en su voz.
- Eso no es asunto tuyo - le volví a empujar con inutilidad otra vez, provocando que su mano agarrara con fuerza mi brazo hasta crear cierta molestia por la fuerza que aplicaba en este - Louis, me haces daño, súeltame.
- Aunque no lo creas sí lo es.
- No, no lo creo - repetí.
- ¿A caso crees que sino estaría aquí encerrado con la persona más desquiciante y odiosa de la faz de la tierra? - escupió con sarcasmo.
- Oh vaya, no sabía que tan horrible era estar a mi lado. En ese caso será mejor que me vaya y desaparezca de tu vista, no vaya a ser que consiga volverte más majara de lo que ya estás.
- ¿Por qué eres tan terca?
- ¿Perdona? - dije incrédula ante lo que acababa de decir - ¿Debo recordarte quién es el idiota integral aquí de los dos o tu pequeña neurona será capaz de adivinarlo?
- Mocosa mal criada.
- Agh eres odioso.
- Ya somos dos - dijo con indiferencia.
- Mira me da igual lo que pienses de mí al igual que a ti te da igual lo que piense yo de ti, así que apartate, me da igual la tontería por la cual me hayas encerrado aquí contigo, no hace falta que me des explicaciones, solo déjame salir de una maldita vez.
- No puedo muñeca.
- ¡Qué no me llames así cretino! - mi mano voló sobre su mejilla, se lo había ganado a pulso.
No debí haber hecho aquello, ahora mis ojos podían ver con total claridad la expresión de su rostro y sabía lo que iba a pasar ahora mismo. Retrocedí un par de pasos lentamente hasta chocar con un par de escobas que había apoyadas en la pared intentando dar con algún tipo de puerta inexistente que me sacara de aquel lugar antes de que Louis perdiera los nervios como lo había hecho ya un par de veces en mi presencia. Con un solo paso me volvió a acorralar, prácticamente no había separación entre nuestros cuerpos, el subir y bajar de mi pecho a causa de mi respiración agitada chocaba con el suyo, no sabía donde esconderme, realmente cuando Louis se enfadaba me daba miedo y ahora estaba viviendo uno de esos momentos tan poco agradables.
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STRONG
Fanfiction"Fea" "Empollona" "Insociable" Que te insulten, se rían de ti cada día, no ser aceptado por la sociedad es realmente duro, tu vida se reduce a maldecir cada día que pasa y a no querer seguir viviendo. Quieres escapar de todo, pero sabes que vayas do...