Brujas y Lobos.©

2-Nuevo hogar.

Hoy me he despertado yo sola, creo que nunca antes lo había hecho, y obviamente fueron por los nervios. Hoy es el gran día, donde conoceré parte de mi familia y podré hacer más preguntas sobre mi pasado, ya que mis padres murieron cuando yo tenía 13 años y mi hermano 17 años humanos, él sí sabía cosas, pero George él mismo hombre que hoy veré, nos borró los recuerdos de toda nuestra vida anterior, por suerte su hechizo no duró mucho, ya que ahora tenemos pequeños recuerdos, pero quiero saber él por que. Me quedé en mi cama tumbada, con los cortinas corridas para que entrase la luz del día, y haciéndome varias preguntas para luego decírselas a George. ¿Por qué nos borraste la memoria? ¿Conociste a mi madre? ¿Puedo volver a recordar? Las preguntas se me repetían una y otra vez en mi cabeza. Hasta que mi hermano interrumpió abriendo la puerta. 

-¿Pero qué!

-¿Qué te ocurre?

-Te has levantado ¿sola? 

-No, todo esto es una ilusión óptica, tu que crees. 

-Creo que tienes fiebre. 

-No, estoy bien, solo que no quería llegar tarde. 

-Ya veo...bueno el desayuno está hecho, hice café y un pequeño pastel que compré en la panadería del pueblo. 

-Al menos me aseguro de que no saldremos en llamas. 

-Un día cocinaré y luego me rogaras que vuelva a preparar la comida. 

-Permíteme dudarlo. - Entonces Derek se fue al salón mientras reía ahogadamente, y yo me empecé a cambiar. Me puse algo un poco más formal que el día anterior: me puse un vestido negro y morado, con pequeñas decoraciones plateadas en el cuello, y unos tacones de color dorado; esa ropa me la regaló Rafael para un día especial, y este lo era. Cuando bajé Derek se me quedó mirando levantando una ceja. 

-¿Tan mal me veo? 

-No seas tonta, te ves demasiado bien. -dijo con la voz un poco grave.

-Estas exagerando. 

-Si un solo brujo te toca, le arrancaré el cuello. -amenazó con un fuerte tono.

-¡Derek! 

-No te preocupes hablaré con Rafa para que me cuente que haces. 

-No lo hará. 

-¿Por qué? 

-Está prohibido, lo que pase allí, se queda allí, además el no puede entrar. 

Soltó un suspiro -Ten cuidado. 

-Sí... -contesté sin prestar atención. La verdad a veces, bueno, casi siempre se pasa de protector. Después de esa pequeña conversación, me tomé un café y un pedazo de pastel de limón, la verdad, estaba realmente bueno. 

-Ese panadero cocina de lujo.

-Hoy haré yo la cena. - Aquellas repentinas palabras me hicieron atragantarme con un pedazo del pastel.

-¿Qué! 

-Lo has oído, hoy cocino yo. 

-¿Puede estar alguien cerca de ti? 

-Solo. 

-Derek no es falta de confianza pero...bueno sí es falta de confianza. 

-No quemaré nada, tendré cuidado. 

-Eso dijiste la última vez. 

-¿Última vez? 

-Sí, el día que hiciste espaguetis, y salieron ardiendo.