15-Día extraño.

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-¿Se puede saber que te pasa! – la pregunté alterada.
-Es todo por tu culpa.
-¿Qué?
-Si tu no hubieras ido a la casa de brujos, nada hubiera pasado...
-¿A qué te refieres?
-Si no te hubieras enamorado de Lys.
-Enserio, todo esto por Lys.
-Hay más, tú no puedes ganar.
-¿Qué debo ganar exactamente Nora?
-La batalla que habrá entre los lobos y los brujos.

¿Una batalla? ¿Ella puede ver el futuro?

-¿Qué batalla?
-La que tú empezarás.
-¿Yo no quiero una batalla?
-No haberte enamorado.
-¿Por qué?
-La marca de tu muñeca. -dirigí una rápida mirada a mi muñeca.
-¿Qué pasa con ella?
-Va a jugar con tu mente.
Yo no entendía nada.
-Te hará pasar por pruebas que te harán gritar de dolor, para comprobar que tu amor es verdadero.
-No digas bobadas. -dije soltando una pequeña risa.
-¿Bobadas? Seguramente empieces ya, pues te salió hace poco.
-No me pasará nada.
-Ya veremos.
Chasqueó sus dedos y se forma una nube de polvo negro y desapareció.

Me quedé parada un momento, mirando mi muñeca muy detenidamente hasta que me empezó a doler la otra.
Había algo tatuándose, pero aún no se distinguía que era.

Sin demorarme más abrí un portal y me volvía a encontrar en casa de Rafael.
Cuando me dispuse a tocar la puerta se abrió y pude ver la cara preocupada de Lys mirándome.

-¿Por qué has tardado tanto?
-Verás yo...
-¿Por qué tendrías que haber ido tú sola?
-Estaba bien.
-Vale – dio un suspiro-que has visto.
-Fue Nora, está asegurado.
-La has visto.
-Estaba merodeando por el bosque.
-¿Te dijo algo?
Pensé en la conversación y supe que no debía decir nada.
-No.
-Bueno, pues pasemos, y por cierto....
En un abrir y cerrar de ojos volvía a tener el vestido que usaría en la boda.                                                 -Gracias. -dije sonriendo.

Entramos por los pasillos oscuros de la casa hasta el gran comedor donde Shopie estaba sentada con Rafael.
Shopie se levantó y se dirigió a nosotros con los brazos abiertos para abrazarnos.
-Buenos días chicos. – dijo con un tono agudo y dulce.
-Es un placer conocerte. – dije formalmente.
-Lo mismo te digo, por cierto, ¿este chico es tu novio?
-Sí, se llama Lys.
-Un placer, yo ya conocía a tu prometido.
-Cierto. – afirmó Rafael alegre.

Después de la bienvenida nos sentamos y empezamos hablar de la ceremonia.
Shopie quería que fuéramos para ayudar al novio y a la novia.
Ambos aceptamos.
Preguntamos quién llevaría los anillos y nos dijeron con otra vampiresa que vive en el pueblo; no pensé que un vampiro pudiese vivir en el pueblo rodeado de humanos.
Se empezó a poner la tarde y Rafa nos sacó un montón de comida, allí todo era a lo grande.

Aprovechándome de la situación pregunte sobre el menú.
Contestaron que como vendrían varias especies distintas contratarían varios cocineros de cada especie y podríamos pedir lo que quisiéramos.

-Una pregunta Shopie, ¿Derek está invitado?
-Si, y seguramente vendrá por que es el padrino de Rafael.
Mi corazón se aceleró un momento hasta que recordé lo que dijo Jacob.
-¿Y qué pasa con el destierro?
-No pasará nada, tranquila. -asentí la cabeza, aunque me preocupaba bastante ese tema.

Acabamos de comer y nos ofrecimos recoger nosotros pero claro...
-No vais a recoger. -dijo Shopie mientras se levantaba.
-Shopie es muy rápido.
-Que no. – dijo Rafael.
Lys y yo nos miramos y los platos empezaron a flotar y dirigirse a la cocina.
-Os lo dije.
Fuimos para asegurarnos de que lo estuviéramos haciendo bien y así era; había mejorado mucho.
Cuando acabamos de comer nos volvimos al salón.

Pasaron dos horas y me empezó a doler la cabeza.
-Disculpadme, voy al baño.
-Claro, al fondo la puerta de la izquierda.

Una vez en el baño me pude ver pálida y empecé escuchar pequeños susurros, pero no los entendía.
Me mojé la cara esperando que fuera por calor, pero las voces seguían persiguiéndome.

Volví al salón y le pregunté en voz baja a Lys si tenía buena cara.
Lo curioso es que me dijo que si.

Seguí la conversación hasta que empezó a sonar un pitido.
Cada vez era más intenso.
-¿Qué es eso? – pregunté.
-¿El qué Kiara? – dijo Shopie.
-El pitido.
-No escucho ningún pitido. – dijo Lys.
-Yo tampoco y tengo bastante capacidad auditiva. – dijo Rafael.
Decían no escuchar nada pero yo seguía escuchándolo y cada vez era más fuerte.
Cogí una de las tazas de té y cuando iba a darle un sorbo oí una frase perfectamente.
El te engaña.
Dejé la taza y pensé sobre lo que decía, era la voz de Matilde, pero no podía ser.
¿Quizá Lys me engaña con ella?
En que estoy pensado...el no me engañaría.
¿No?

Brujas y Lobos.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora