Brujas y Lobos.©

29-Asuntos familiares

Al llegar a la casa de los brujos, noté todas las miradas sobre mí, la gente murmuraba.
-Seguro que no me reconocen.
-A mi me ha costado.
-Lo se, lo vi en vuestras caras.
El rio un poco para agarrarme la mano después.
En ese momento llegó Matilde que se paró delante de nosotros.
-¿Quién eres? - dijo muy seria.
-Ella es...
-Deja que conteste Lyssandro, y bien quién eres y qué haces con el.
-Matilde relájate...
-No me voy a relajar, no deberías andar con otra después de haber perdido a Kiara. - dijo frunciendo el ceño.
A mi se me escapó una risa.
-¿Ahora de que te ríes?
-Matilde, eres un encanto. -dije yo mientras sonreía.
Ella me miró asombrada.
-No puede ser...
-Mati, jamás estaría con otra que no fuera Kiara.
-¿Qué te ocurrió? Estás...distinta...
-Cuando me mataron tuve la opción de elegir, entre la vida y la muerte, y antes me enseñaron que era realmente.
-Eres un...
-Mi ángel. - dijo Lys orgulloso.
Yo sonreí al escuchar eso, su ángel, mi brujo.
-¡Hay que avisar al resto!
-Ya estamos tardando en convocar una reunión.
Matilde salió disparada y corrió la voz de que en diez minutos había reunión.

Pasé ese tiempo con Lys, abrazada, estar lejos de él me había enseñado lo mucho que lo necesitaba.
Cuando llegó la hora, Lyssandro empezó diciendo.
-Como bien saben, la última noticia que tenemos, es la de la muerte de Kiara, pero hoy traigo otra noticia - la gente le miraba extrañado, Lys se giró hacía mí - por favor.
Entré a la sala mientras todos los ojos seguían mis pasos, me coloqué al lado de Lyssandro.
-Ella es un ángel, y lo más importante, es Kiara Bane.
Se formó un escándalo entre lágrimas, gritos de emoción y un montón de gente que me abrazaba y decía cuánto me habían extrañado.
Me sentí la persona más querida del planeta.

Estaba tomando un poco de vino, cuando mi teléfono sonó y vi que era Derek.
-Hola hermanito.
-Oye Kia, puedes pasarte por la fábrica por favor.
-Ahora mismo me paso.
-Ven sola, es de un tema...delicado.
Miré un momento a Lyssandro que reía con los chicos.
-De acuerdo.
Colgué la llamada y me puse a pensar en un modo de viajar que no sea notorio.

Empecé a pensar en la fábrica con los ojos cerrados y sentí como todo mi cuerpo flotaba, abrí los ojos y estaba sentada en un escombro de la fábrica.
Al levantarme escuché mucho ruido y vi cómo unos lobos venía hacía mi.
El primero, como no, fue Jason, me dio un gran abrazo mientras repetía una y otra vez lo mucho que me había extrañado, lo mucho que me quería y que no volviera a dar esos sustos.
El resto, eran los amigos de mi hermano, que me abrazaron a la vez, dejándome casi sin aire.
Y al fondo vi a Derek y a Teresa.
Fui hasta ellos y ambos me recibieron con un abrazo caluroso.
-Pasa dentro.
Pasamos y me llevó hasta el despacho de los lobos, que era la parte alta del edificio con un sofá, una mesa y alguna máquina de ejercicio.
-¿Saben qué has venido? - me preguntó Teresa.
-No, pero porque tanto secretismo.
-Es un tema que se que a tu novio, no le gustaría escuchar.
-¿Cuál?
-Quiero saber mis lazos con Math...
Oh ya entiendo el porqué.
-Teresa, me encantaría ayudarte, pero solo se que Math es tu hermano, y que os separaron con tres años.
Ella bajó la cabeza, decepcionada por mi respuesta.
-También se que eres distinta a Math, que tu eres leal, amable, generosa, preciosa y la segunda persona con más paciencia del mundo.
-¿Segunda?
-Claro, tu solo has aguantado unas semanas con Derek, yo más de 325 años.
Los tres nos reímos.
-Parezco un crío pequeño.
-No, eres un crío mayor.
Y Teresa explotó en risas, pero con un rápido movimiento mi hermano la estaba haciendo cosquillas mientras ella suplicaba que parase.
-Kiara...jajaja...ayuda...jajajaja
Me levanté y me lancé a por mi hermano haciéndole cosquillas en la nuca, su punto débil. Entonces las dos le hicimos reír hasta que nos levanto y nos apretó contra el.
-Como quiero a mis princesas.
-Yo también, pero debo ir con Lyssandro.
-Claro, luego te llamo.

Me fui y volví a cerrar los ojos, esta vez en la casa de los brujos y al abrir los ojos, me encontraba en la biblioteca, al instante sonó la puerta y era Lyssandro, parecía haber corrido una maratón.
-¿Dónde estabas?
No debía decirle que había estado hablando sobre Math, pero tampoco le iba a mentir.
-Estaba hablando con Derek y Teresa, me hicieron unas preguntas.
-¿Por su hermano? - preguntó serio.
Dije que sí con la cabeza.
-Le encontremos.
-No me cabe duda.
-Oye, te quería proponer una cosa.
Me acerqué hacia él hasta estar enfrente.
-¿Quieres vivir conmigo?
-Pues claro que sí. - me agarró la cara plantando un delicado beso en mi boca, para después abrazarme.
-Llamaré a Derek, para que no ocurra nada parecido como en el último cambio de casa.
-Adelante.
Mientras hablaban parecía que iba genial, pues nos pusimos a andar hasta la mansión para recoger mis cosas.
Al rato estábamos en la casa de Lys, de nuevo, coloqué mis cosas y cuando terminé con la ropa vi como Lyssandro me había estado mirando.
-Ya está, ya vivo contigo.
-Me enorgullece eso.
Me abrazó y supe una cosa, yo solo quería a Lyssandro, y nada ni nadie nos iba a separar, ni demonios, ni brujos, ni lobos, ni cazadores, siquiera la muerte.