4-Aprendiz.

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Hoy como de costumbre mi hermano me despertó, solo que algo pasaba.

-¿Estas bien Derek?
-Sí ¿Porqué?
-Es que estas muy callado.
-Soy bastante callado.
-Lo sé, pero no me has gastado ninguna broma de las tuyas.
-Lo se, anda vístete y baja.
-Ahora voy.

En ese tiempo mi hermano bajó al salón, yo seguía preguntándome que le ocurría, y por qué no me decía nada, se supone que somos hermanos y debemos contar él uno con él otro.

Dejé de darle vueltas a la cabeza y agarré las primeras prendas que vi, una camisa roja de tirantes, un vaquero negro y unos botines negros.
Entonces me decidí bajar al salón con mi hermano.

-¿Qué!
Para mi sorpresa Lys, se encontraba sentado en el sofá de cuero, hablando con mi hermano...bueno hablaba con mi hermano, al parecer mi grito le llamó la atención.
-¿Qué ocurre aquí Derek?
-Al parecer Rafael tenía él número de un brujo y yo pensé que quizá te vendría bien resaltar tu don con la brujería.
Cuando acabo de decir aquellas palabras me abalancé contra él para darle un abrazo.
-Gracias.
Él me devolvió él abrazo un poco más fuerte.
-Kia, qué te parece si me muestras un lugar donde practicar.
-Si, sígueme Lys.
En ese momento Lyssandro se levantó y me siguió mientras subía las escaleras para dirigirme hacia la biblioteca; donde había mucho espacio y libros de brujería.

Una vez llegamos entramos casi sin abrir la puerta

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Una vez llegamos entramos casi sin abrir la puerta.
Cuando miré atrás vi como Lys luchaba por estar de pie y sin chocarse con nada.

En ese momento recordé que él no podía ver en la oscuridad.
-Perdón.
En cuestión de segundo ya me encontraba en la ventana corriendo las cortinas rojas y dejando entrar los rayos de luz.
-Eres realmente rápida.
-Es gracias a mi pupila fotográfica.
-¿Pupila fotográfica?
-Si, nací con ese poder, él poder recordar una imagen por bastante tiempo.
-Y esa imagen es...
-En este caso los muebles de la habitación.
-Es asombroso.
-Supongo...
Reconozco que no sabía que decir.

-Bueno dime ¿Qué sabes hacer?
-Solo un par de cosas.
-Adelante, te observo.
En ese momento noté como mis ojos se pusieron como los de un gato.
Lo primero que hice fue mostrar mi nivel de telekinesis levantando una mesa en el aire, y después use el conjuro de animación para hacer crecer unas enredaderas enormes que entraron en la sala y después retrocedieron, luego levante un muro protector que nos rodeaba y me deje para él final lo que mejor sabía hacer, teniendo en cuenta la falta de entrenamiento.
Abrí un portal ahí mismo.

-¡Qué?
-¿Hice algo mal?
-No, en absoluto, es que es raro que a un principiante le salga el portal a la primera.
-Estuve practicando.
-Te di el libro ayer.
-¿Y?
-Que sólo has podido practicar un par de horas...
-Será suerte...
-Lo dudo, es por tu sangre.
-¿Mi sangre?
-Sí, hay algo raro en ella, es como si fuera especial.
-Soy mestiza.
-Lo se, pero es otra cosa...
-Ni idea.
-No se me ocurre nada, pero no es normal.
-Quizá tengo las habilidades de mi madre para la brujería.
-Eso no lo dudo, pero no descarto que seas más especial de lo normal.
-Y entonces qué sugieres que soy.
-Hay leyendas que dicen que muy pocos son una mezcla de todas las razas.
-No he oído hablar de esa leyenda.
-Son ángeles...
-Por favor...
-¿Qué?
-No puedo ser un ángel, ellos se extinguieron.
-No todos.
-La gran mayoría.
-¿Y si tu fueras uno?
-¿Y por que yo? Soy una simple mestiza de padre licántropo y madre bruja.
-Sí, y por eso es más probable que lo seas.
-Dame una teoría razonable.
-Sobreviviste.
-¿A que?
-A la mezcla de sangres, eres más fuerte que un mestizo cualquiera.
-Muchos mestizo han nacido y vivido para contarlo.
-Bueno da igual, ya discutiremos sobre ese tema cuando tenga mas pruebas.
-¿Vas seguir esta conversación más adelante?
-Por supuesto, tengo que tener claro qué tipo de criatura eres.
Yo solo resople por lo aburrido que era el tema de conversación.

-Bueno, pues eres muy buena.
-Gracias.
-¿Te has leído el libro?
-Si...
-No se que es lo que pone, pero debe ser fuerte.
-La primera parte es una historia.
-No tienes por qué contármelo si te sientes incómoda.
-Tranquilo, es solo que...aún me apena bastante.
Él asintió su cabeza cediéndome el turno de palabra.

-Explicaba cómo nacimos mi hermano y yo, y él porque ellos murieron.
-Debe ser difícil saber eso.
-Un poco, ante todo cuando sabes quién es él responsable.
-¿Sabes quién los emboscó?
-Exactamente no, pero se que es una familia de cazadores.
-Cazadores...como siempre intentando ser los dioses del mundo.
-Cuando los vea los matare.
-Esa parte de ti aún no la había visto.
-Soy bastante pacífica pero también bastante rencorosa.
-Ya veo...entonces mejor nada de tonterías contigo.
-Dudo mucho que te pueda herir.
-¿Por qué?
-Me tienes antes que enseñar hacer embrujos más fuertes.
Entonces él empezó a reírse muy disimuladamente.

Entonces continuamos me enseño a fortalecer lo que ya tenía aprendido.
Ahora yo podía flotar en él aire y hasta cambiar mi propia gravedad.
También podía dar vida a varios objetos pero por poco tiempo.
Mi barrera ahora era más difícil de traspasar.

Estuvimos como tres horas estudiando cuando mi tripa empezó a rugir.

-Vaya...tengo hambre.
-Yo igual, será mejor que me vaya y mañana continuamos.
-No vas a salir de esta casa.
-Tengo que...
-Comerás aquí.
-¿Qué?
-Es lo mínimo que puedo hacer.
-Bueno si no es mucha molestia.
-En absoluto.

Entonces le dirigí hacia él salón y yo me desvíe a la cocina para hacer la comida.
Prepare unos filetes y una ensalada.

-Listo...espero que te guste.
En ese momento Lys dio un bocado, y yo esperaba con ansias su respuesta.
-Delicioso...desde luego eres buena bruja y cocinera.
-Gracias...tengo un libro de cocina de mi madre, tiene buenas recetas.
-Cada vez te pareces más a ella.
Yo solo sonreía y empecé a comer, devorando todo el plato.

-Estaba muy bueno, muchas gracias.
-De nada. – respondí mientras caminaba rumbo al sofá para dormir.

Una vez me tumbe en el sofá, caí rendida al agotamiento y lo bien que había comido, me quede dormida dejando Lys solo.

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Desde el punto de vista de Lys...

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Kiara debe estar agotada, a caído rendida y no parece enterarse de nada.

*debería irme ya* pensaba.

Luego me di cuenta que Kiara cogería un resfriado y subí a la biblioteca donde en uno de los sofás había una manta morada.
La baje hasta donde se encontraba ella y la mire un momento a la cara.

-Desde luego que eres un ángel.
Dije susurrando para que ella no me escuchase.

Entonces le puse la manta y ella la agarró con fuerza.
Estuve a punto de girarme cuando la volví a mirar y no pude resistirme...le di un beso en la cabeza.

Aquella desconocida me encantaba y me hacía sentir un poco en las nubes.
Lo que más me gustaba de ella es su aterradora inteligencia...su forma de pensar daba miedo y por raro que suene me gustaba eso de ella.

No se si es correspondido...ni siquiera si lo siento de verdad...pero me atrae y bastante.

En ese momento me fui alejando todos mis pensamientos sobre la pequeña Bane, y al salir cree un portal para dirigirme a mi casa, no a la de los brujos si no a la mía personal.

Vivía en una casa en él bosque al otro lado de lo que Kia llama él matadero.
Mi casa es de color blanca y morada.
La verdad no suelo estar mucho tiempo ahí sólo voy a dormir y este caso no sería diferente al resto.

Brujas y Lobos.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora