Desde el punto de vista de Derek
Había ido a casa de Lyssandro para hablar sobre Kiara y otro tema más.
Una vez llegué toqué la puerta y me recibió con una sonrisa.
-Hombre Derek, pasa no te quedes ahí.
-Gracias Lyssandro. – dije mientras me adentraba en su casa.
-¿Ha ocurrido algo?
-No, solo quiero hablar.
-Entonces ponte cómodo.
Nos sentamos en su sofá y me dispuse a hablar.
-¿Qué está pasando con Kiara y tu?
El me miró y luego agachó la cabeza.
-No lo se...
-¿Qué no sabes?
-No se que está pasando, ya nada es como antes.
-¿Y porqué no vas con ella?
-Estará con Jason, se han hecho muy amigos.
-Tío, te aseguro que Kiara ve a Jason como un amigo por haberla defendido.
-Sí, pero he visto la mirada de él, tiene los mismo ojos que tengo yo cada vez que la miro.
-Entonces te daré un consejo, debes ser más rápido, el no se cansará hasta ver que uno de los dos ha ganado.
-Eso haré.
-Bien, ahora te pido ayuda yo.
-¿Para qué?
-Llevo unas semanas siendo...novio de una chica y no se como decírselo a Kiara.
-Ella lo aceptará créeme.
-Pero, el problema es que es una loba, y no podrá acercarse a ella...
-Habla de nuevo con Jacob, que anule ese estúpido tratado que la prohíbe veros.
-Será complicado.
-Pero no imposible.
Solté un último suspiro para levantarme y seguido de mi se levantó Lys quien me estrechó la mano en señal de apoyo.
-¿Necesitas algo más Derek?
-Nada hermano, muchas gracias.
-No hay de que, ahora veré como hago para que Kiara vuelva conmigo.
-Una cena romántica en la charca.
-Es una genial idea, la haré esta noche.
Sonreí y fui a la salida seguido de Lys que venía a despedirme.Luego decidí ir a visitar a Rafael. El necesitaba estar con gente.
Desde el punto de vista de Lyssandro
Estaba preparando todo para la cena, eran casi las once y la charca tenía una mesa con troncos, velas, un mantel rojo, muchas flores de colores rodeando donde se cenaría y un bol con pasta y ensalada, ahora solo falta Kiara...Fui a su casa y las luces estaban apagadas, pensé que estaba durmiendo así que forcé la entrada y subí hasta su cuarto, y ahí estaba ella, durmiendo tan tranquila como si nada pasase, la desperté despacio y cuando abrió los ojos miró los míos.
-¿Lyssandro?
-Hola Kiara.
-¿Ha pasado algo? – dijo mientras se levantaba rápido.
-No tranquila, solo quiero que veas algo.
-Pero es muy tarde...
-Por favor Kia.
Ella lo estaba pensado y al final me dio una sonrisa, esa sonrisa que te llena de fuerzas.
-¿Algún vestuario?
-Es lo de menos, estas hermosa de cualquier manera.
Ella se sonrojó y se levantó de la cama, fue a su armario y sacó un vestido negro y azul.
-¿Te podrías...girar?
-Oh sí claro, perdona.
Me gire y pude escuchar cómo se iba cambiando la ropa.
-Ya.
Me giré y quedé alucinado, su vestido dejaba ver sus piernas que terminaban en unas bailarinas azules marino.
-Vamos. – dije ofreciendo mi mano.
Ella me agarró y antes de llegar a la cita, la tape los ojos y la llevé hasta ahí.
-Bien, ahora, abre los ojos.
Kiara abrió sus claros ojos mirando fijamente todo lo que había preparado.
-Esto es...maravilloso.
Sonreí ampliamente para invitarla a sentarse.
Empezamos a cenar aunque ella ya había cenado y no pusimos a hablar de todo un poco, me sentía en paz con ella, no la quería perder.
-Kiara, me gustaría volver contigo.
-Lyssandro, yo también te echo de menos, pero...
-Es Jason....
Ella me miró fijamente y contesto rápido.
-No, no es el.
-¿Entonces?
-Hay cosas de mi que no sabes...
-Entonces cuéntamelas, por favor.
Ella suspiro, seguramente pensando cómo empezar.
-Mis mareos me han mostrado visiones, y a veces me han dado cosas.
-¿Cosas?
-Sí, recuerdas el día de la iglesia, que me habían dañado con la mano de la muerte. – asentí- pues cuando me curé fue por una pócima que apareció en mi bolsillo, que me había dado en mi visión.
Yo me quedé plasmado.
-También una daga con la que maté a Nora...un broche que sigo sin saber para qué sirve, un anillo, me aparecieron dos tatuajes...
Yo estaba asombrado, eso no eras mareos normales, ni visiones, estaba viajando.
-Un viaje astral...
-No es posible, no es un poder de bruja, ni loba...
-Si no de ángel, yo tenía razón.
Ella miró abajo, miró sus muñecas.
-¿Puedo?
Ella me acercó sus manos y pude ver en una muñeca el tatuaje de un corazón, pero está negro, en la otra no conseguía saber que era, como si se estuviera formando y se viera a través de una capa de agua.
-El corazón me salió el día que me pediste salir, y se volvió negro cuando lo de Matilde....
Recordar aquello me apretaba el corazón, la hice mucho daño en aquel momento.
-Y el otro, ¿cuándo fue?
-Más o menos cuando pasó lo de la iglesia.
No entendía ninguna relación con el segundo tatuaje, pero con el primero una idea se hizo presente. Me levanté y me puse enfrente de Kiara, la agarré suavemente la cara y la besé, echaba de menos sus cálidos labios, ella se agarró a mi nuca y yo bajé mis brazos hasta su cintura, apretándola contra mi.
Cuando nos separamos vi su muñeca y el corazón era rojo intenso.
-Lyssandro.
-Dime Kiara.
-Quiero volver contigo.
Aquello me sacó una gran sonrisa y la volví a besar con todas mis ganas, pero aún tenía una duda, ¿Cuáles eran los avisos que ella me había dicho?
-Kiara.
-Dime.
-¿Cuáles fueron los avisos?
Ella se silenció un momento para después mirarme triste a los ojos.
-Voy a morir...
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Brujas y Lobos.©
FantasíaLa historia de como dos hermanos se querían, aún siendo totalmente distintos. Pero lamentablemente, nada es tan bonito como parece, las guerras entre razas siempre han existido. Sin embargo, nosotros tres, somos de diferentes razas y convivimos en p...