"El despertar entre espinas, aquellas pinchan, pero su dolor es reconfortable a comparación al interno, aquel no tiene comparación alguna, genera y aprieta cada vez más y más, estos nudos me estrangulan, que alegría, estas espinas me distraen del dolor interno, para sentir el físico, el cual es una simple almuada a comparación de la fragmentación de estos vidrios tan dolorosos, más y más... no disminuye, aunque sea doloroso, es momentáneo...
Todo es un enorme horno que me está consumiendo, lo comparamos con el tártaro - infierno -, aunque sea o no creíble, este dolor es por el espejismo de ver en estado finalista a un familiar, aquel casi no respondía, todos a mi entorno corriendo y forzando sus debilitados cuerpos..., Lo siento padre..., Madrastra... Hermano..., Abuela y Abuelo...
Allí estuve, quise ayudar, aunque la espalda forcé de más, me siento indignado..., con fuerte dolor en el pecho, quisiera llorar, llorar como niño en día de la primavera, aunque estas lágrimas no son normales, descienden por mis mejillas, son escarlatas, ya no son traslúcidas, esta es la sangre que debe de brotar desde mi interior, la sangre a la cual debo soportar, la sangre que me daña...
Dormir entre rosas de primavera, sentir sus espinas sobre mi espalda retorcida, sentir ese dolor pulsante y constante, alivia mi interior, almenos de esta forma disminuyó mi dolor...
Seremos simples espinas, rosas o estúpidos cuchillos que se plantan y están dirigidos exclusivamente a tu corazón, ¿este dolor no basta?, ¿Quieres más?, pues debes de saber, las úlceras de tu interior son excesivamente grandes, tanto... que simplemente eres piel caminante... sin interior, sin razón, esa Tenue "Sobrecarga" o "Esperanza", ya oculta entre el cosmos esta..., entonces este es mi turno... el turno del "caminante"
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Metaforas Mudas
PoetryCuando uno pasa el umbral del recuerdo, los días son contados y los minutos el olvido, personas con humor desconfigurado y agotado, pensamiento rancio y aburrido, gente hueca de mucha habla, sabios sin comentarios, la escoria del mundo habla sin sa...