Cap 3

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Abrí los ojos lentamente y pude ver que me había dormido en la cama de mi habitación, no recuerdo nada de lo que había sucedido la noche anterior, ni mucho menos  el cómo logre llegar aquí.

La habitación estaba bastante iluminada por lo que se me dificultaba ver bien, la luz lastimaba mis ojos mientras yo me sentía horriblemente mal por el agudo dolor de cabeza.

Me levanté lentamente y me senté en el borde de la cama.

—Disculpa? Tú quién eres?—pregunté confundido.

En una de las sillas de al lado, se encontraba una chica leyendo un revista, pero perdió todo el interés en ella en cuanto escuchó mi voz.

—Julian? Soy yo—respondió con un tono muy suave.

—Dime tu nombre.

¿Como se supone que yo había terminado con una chica? ¿Acaso pasé la noche con ella?.

"Demonios Julian, ¿Qué hiciste?" pensé.

Al fin pude enfocar mi vista un poco más; una chica de complexión delgada, con el cabello castaño hasta los hombros, grandes ojos verdes y unos delgados labios rosados, era bonita, no podía negarlo.

—Soy Juliet, pero por lo visto no me recuerdas— añadió con cierta desilusión, bajando la mirada.

—Estaba totalmente ebrio, es obvio que no te recuerdo- tomé aire y seguí —¿Qué se supone que pasó entre nosotros anoche?
Ella se levantó y se sentó al lado de mí.

—Estabas llorando en el suelo, a mitad de la noche y en una calle solitaria algo peligrosa, así que te ofrecí mi ayuda. Tú solo me pediste que te trajera hasta tu apartamento, así que lo hice, y al llegar te desahogaste y me contaste prácticamente toda tu vida. Además te cuide y limpié todo el vómito que derramaste– dijo entretenida mientras sonreía.

—Por qué hiciste todo eso?- pregunté de nuevo confundido. Es increíble pensar todo lo que puedes llegar a hacer cuando estás bajo el alcohol y no recordar ni un momento. Ella ni siquiera me conocía.

—Dijiste que necesitabas que alguien cuidara de ti, de hecho no fue difícil, eres divertido y amigable.

—Bien... gracias por la ayuda, ya te puedes retirar.

Yo sabía que esta no es la manera tratar a una chica, nada caballeroso de mi parte, pero simplemente no estoy de humor para juegos.

—¿Sabes? No tengo otro lugar a dónde ir- dijo mirando al suelo y jugando con sus manos —Pero bueno, está bien, me voy.

Permanecí en silencio mientras observaba como caminaba por la habitación.

—Espera!—dije alzando la voz al verla justo frente a la puerta con su mano en la perilla –Yo... tengo una habitación libre, puedes quedarte un tiempo.

—En serio? Vaya, pues muchas gracias, supongo que aceptaré eso.

—Claro.

Me sentí bastante bien al ofrecerle eso, después de todo al fin tendría algo de compañía, nunca me hubiera perdonado si la hubiera dejado irse sin tener un lugar apropiado dónde vivir.
                                                

Human Sadness (Julian Casablancas) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora