Cap 9

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—Juliet? Que haces aquí?— pregunte al verla entrar a la tienda en la que trabajo y acercarse a mí.

—No lo sé, estaba aburrida— respondió mirando alrededor.

Asentí con la cabeza y seguí con lo mío, la mercancía acababa de llegar y necesitábamos acomodarla, odiaba hacer esto, era algo demasiado tedioso.

—Oh, pero mira que trasero tan bello— añadió Alex mientras acercaba su mano y tomaba uno de sus glúteos.

—Imbécil— dijo Juliet dando la vuelta y empujándolo con todas sus fuerzas.

Él tropezó un poco pero después comenzó a reírse de ella, en tono de burla.

—Estúpido, como te atreves a hacerle algo así a una mujer?— dije acercándome a él.

—Desde cuando te importa alguien que no seas tú?

—Eso a ti no te incumbe.

—Por favor Julian, todas la mujeres son unas putas.

Aquel comentario me irritó demasiado, siempre me había molestado que los hombres trataran a las mujeres como un simple objeto sin valor, aún más si se refería a alguien como Juliet. Fue entonces cuando tome el valor y le solté un puñetazo en la cara, provocando que cayera estrepitosamente al suelo.

Se tocó la mejilla adolorida y en un rápido movimiento se levantó, para ahora abalanzarse contra mi, después de varios golpes fallidos logró darme uno justo en la boca.

Retrocedí unos cuantos pasos y pasé mis dedos por mi labio inferior, no lo había sentido, pero ahora el espeso líquido color carmesí comenzaba a escurrir hasta llegar a mi barbilla.

—Julian!— gritó Juliet, con esperanzas de que yo dejara de pelear, algo que no sucedería, no podía dejar las cosas así.

Ahora los dos nos abalanzamos el uno contra el otro, yo lograba evadir o detener la mayoría de sus golpes, aunque algunos si lograban aturdirme un poco.

Alex bajó su guardia por un momento, el cual yo aproveché para darle mi mejor puñetazo en la nariz. y cuando estaba aún más distraído por el dolor, con sus dos manos sobre su rostro y sus ojos cerrados, tomé fuerzas de nuevo y le di un último puñetazo en el estómago, con el cual cayó por segunda vez al suelo.

En cierta manera me alegró haberlo visto quejándose del dolor en posición fetal mientras su nariz comenzaba a sangrar. Yo también había resultado herido, aunque no tanto como él, mi labio se había partido un poco más, causando que la sangre llegara rápidamente hasta mi camisa.

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—Déjame limpiarte la herida!— añadió Juliet al ver que yo me resistía.

—Me arde— respondí con una sonrisa.

—No te voy a dejar así, se va a infectar.

Tomó mi cara entre sus manos y me obligó a voltear, para entonces comenzar a limpiar la herida con un trozo de algodón empapado en alcohol, aquello ardía bastante, pero no tenía otra opción. Posteriormente tomó un curita y lo colocó sobre la herida.

—Listo.

—Bien, ya podemos ir a casa— dije levantándome y avanzando unos cuantos pasos.

—Julian.

—Si?— respondí dejando de caminar y volteando hacia ella.

Se acercó cautelosamente a mí, me dio un beso en la mejilla y enredó sus brazos al rededor de mi cuello en un suave y cálido abrazo, el cual yo también devolví.

—Gracias por defenderme— dijo susurrando sobre mi oreja.

Quizá la relación entre nosotros dos estaba llegando a algo contrario a la amistad. Los dos sentíamos algo por el otro. Pero ¿una relación amorosa? De eso no estaba muy seguro.

Human Sadness (Julian Casablancas) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora