Capitulo Cinco.

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06:30 a.m.

Desperté y me di un baño, luego fui a la escuela. Fui al comedor y comí algo, había poca gente, me senté sola y me saque una foto para Instagram.

"Día dos, escuela nueva, odiar profundamente levantarse temprano"

Comí y sentí que alguien se sentó al lado mío.

— ¿Qué haces?

—Me siento a tu lado no es obvio— rodee los ojos y seguí comiendo, vi de reojo que apoyó su brazo en la mesa y se me quedo mirando.

— ¿Puedes dejar de mirarme?

—No, tu eres la culpable— lo miré— eres tan linda que mis ojos no lo pueden evitar.

—Pf, eres insoportable.

— ¿Por qué me odias?

—Bueno, eres un odioso, insoportable que se cree lo mejor del mundo y no lo es— empezó a sonreír— ah y me tiraste a la piscina.

—Ame ese día— se mordió el labio, se me vino a la mente que me vio el brasier— ¿y qué puedo hacer para que dejes de odiarme?

—Desaparecer del mundo— río, alguien tosió detrás de nosotros, Alex.

—Hola Alex.

—Bueno— se levantó de la mesa— nos vemos— me tiro un beso, se dio la vuelta y se fue, me quede atónita.

— ¿Qué quería?— se sentó al lado mío— Sam...

—Lo siento ¿Qué dijiste?

—Te dije que no te enamores de él.

—Pues, no lo hago.

—Veo como lo miras.

— ¿Cómo? — levanto una ceja— Alex, es un idiota, nunca en mi vida saldría con alguien así— me levante de la silla— tengo clase de mate, después nos vemos— besé su mejilla.

Al entrar estaba en el fondo Zac, fui hacia él.

—Hola— estaba leyendo algo, al mirarme sonrió.

—Hola Sam.

— ¿Está ocupado?— el hizo una seña de que no, me senté con el— ¿Qué lees?

Los crímenes de la calle Morgue— sonreí— ¿te gusta?

—Lo amo— me devolvió la sonrisa.

Entraban un grupo de chicos riéndose, se sentaron y atrás de ellos venia Christian que se quedó hablando con una chica, le dio algo y la chica se fue.

— ¿Leíste El tonel de amontillado? — lo mire.

—Sí, fascinante cuento— sonreímos, saque mi cuaderno y vi que alguien me miraba serio.

Christian me miraba serio, con una mirada fría. Justo llego el profesor.

Guarde mis cosas, hoy tenia gimnasia, arriba había un estante, estaba el uniforme, una calza de la escuela y una remera con una campera.

— ¡Ay! — alguien me hizo cosquillas haciendo que de un salto.

—Hola Sam— sonrió Alex— ¿te preparas para gym? — asentí.

—Sí, lamentablemente.

—Yo igual, encima tengo que estar con el estúpido de Weigel— suspiró.

—Y yo con las estúpidas de mi salón.

—Por lo menos estamos en el mismo gimnasio.

—Si— agarré la ropa— iré al vestuario, te veré luego— salude con mi mano, el también lo hizo.

Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora