Sam.

Capitulo Catorce.

Caminamos con Ailey juntas al metro. En el transcurso ella estaba con su teléfono y yo metida en mis pensamientos, ¿Qué hare ahora? Me encontraré con Weigel, eso está clarísimo, aunque no sé cómo actuaré frente a él.

—Fácil, sólo muéstrale una de tus grandes sonrisas, actuarás como si no te afectara— ella habló, la miré sorprendida, solo seguía en Instagram dándole like a cualquier foto, alzó la cabeza, miró mi mirada sorprendida— sí, estabas pensando en voz alta— sonrió, yo negué con la cabeza.

Diez minutos y habíamos llegado al Adan's School. Él estaba ahí, lo miré de reojo, se reía con sus estúpidos amigos. Pasamos al lado de ellos ya que no nos quedaba de otra. Sentía su mirada sobre mí.

—Que maldita incomodidad— dice mi amiga soltando un largo suspiro.

—Lo sé— saqué mis libros de mi casillero.

Fuimos a clase de Química, Ailey como siempre a mi lado. Zac entró, seguido por Christian y sus amigos. El clavó sus ojos cafés en mí, solo miré hacia la pizarra verde, escrita de la clase pasada.

—Zac, baby hace mucho que no te veía— pasó al lado nuestro, la ignoró, miré a mi amiga confundida, ella estaba aún más confundida que yo.

Salí del baño, luego de tener que soportar al hombre ya muy mayor de Química. Fui a la cafetería y vi que Ailey hablaba con una rubia, camine hacia ellas.

—Sólo dile a tu estúpida amiguita...—se cayó al verme al lado de Ailey, Marie la rubia que "supuestamente" era novia de Christian— oh hola Samantha— me sonrió hipócritamente.

— ¿Qué quieres?

—Solo anda diciendo estupideces, ven Sam vayamos...— me agarró del brazo.

—Alto ahí niña— miró mal a Ailey, luego me miró a mi— solo quería decirte que— aclaró su voz— no entiendo como Christian me haya dejado por alguien como tú, primero mira tu ropa— señaló mi blusa rosada que tenía puesta— segundo eres una huerfanita— tensé mi mandíbula, apreté mis puños.

— ¿Qué acabas de decir?

—Solo que además de ser una huérfana de mierda, pobretona, tenías una hermanita con, ¿cáncer? Uau que vida miserable que tienes— mis lágrimas de odio y enojo caían, mi mano accedió a darle una terrible cachetada que resonó por toda la cafetería, se tocó la mejilla— típico de una maldita.

No podía aguantar la rabia que tenía, solo quería ir y matarla a la desgraciada pero alguien me agarró de la cintura antes que la mate.

—Alex suéltame— me agarró y me llevó hacia los pasillos, obviamente él tenía más fuerza que yo.

El me soltó y sólo se fue. Me conoce tan bien que sabe que no iría a golpearla porque no me gustan las peleas, tampoco pasar vergüenza aunque ya lo había pasado.

Ailey apareció en pocos segundos, al verme me abrazó. Ella simplemente se volvió una muy buena amiga.

—Lo siento por no haberte defendido— se aferra hacia mi aún más fuerte.

—No Aly, no tienes por qué disculparte— se separó de mi— con solo consolarme estoy muy agradecida— le di una sonrisa torcida.

—Igual, algo tendría que haber hecho— me toca el hombro— ¿Aly? — alzó una de sus cejas.

—Tu nuevo apodo— le guiñe el ojo.

—Ah astuta— hizo una cara pensativa— Samy para ti entonces.

— ¿Samy? Me gusta— ella me guiñó su ojo derecho y yo le sonreí, se borró en un par de segundos al ver atrás de mi amiga, Christian besándose con una chica, ella era morocha.