Capitulo Diez.

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El doctor salió del quirófano, me miró y vino hacia mí.

—Lo siento Sam, no pudimos salvarla— caí al piso.

Las lágrimas empezaron a caer, no lo podía creer, sabía que en cualquier momento moriría, pero pensé que no iba a doler tanto. Mi pequeña hermanita se fue, me dejó.

No sé si quería seguir viviendo.

Camine por el puente, los autos pasaban, yo solo miraba el cielo y el rio. Al llegar a casa me tire a mi cama, abracé la almohada.

Mia... ¿Por qué me tuviste que dejar? ¿Por qué no seguiste luchando?

Desperté al otro día, fui al baño, me mire al espejo y tenía los ojos morados, como si alguien me hubiese golpeado, de tanto llorar.

¿Alguien me puede decir de qué sirve vivir si no tienes a tu familia, a la gente que tanto amas? ¿Por qué ellos y yo no?
Continuamente me hacia esas preguntas a mí misma.

Agarré mi taza de café, vi la ventana de mi departamento, un día nublado.

No fui a la escuela.

Vi la hora en mi teléfono, 13:42, y muchas llamadas pérdidas, había dejado mi Iphone en modo de silencio. Llamadas perdidas de Alex, tres, Zac, dos, Ailey, cinco y cuatro de... ¿Christian?

Deje mi teléfono en la mesada y fui al sillón solo quería quedarme en casa para siempre, no estoy para nadie ni pretendo eso.



Al día siguiente a las seis de la mañana tocaron el timbre de casa, como unas cinco veces, ya me estaba hartando.

— ¿Sam estas aquí? — era la voz de Zac.

—Zac no creo que haya nadie aquí, quizás hoy vaya a la escuela.

—Eso espero.
Creo que se fueron. Me apoye en la puerta, lo siento chicos, no quiero aparecer.

A eso de las tres de la tarde tocaron mi puerta de nuevo, pero esta vez a golpes fuertes.

—Samantha sé que estás ahí, abre la puerta o la tirare abajo— Alex se encontraba del otro lado, abrí la puerta y fui a la cocina, serví un vaso de agua— ¿Por qué no vas a la escuela? También, ¿Por qué no contestas mis llamadas? — me miró enojado, cruzado de brazos.

—Mia se fue— tome un sorbo del agua.

— ¿Qué? ¿Es en serio? — asentí y mire a un cuadro colgado en la pared, yo abrazándola por detrás, foto del 2011.

—Los doctores no pudieron salvarla— él se agarró la cabeza y luego apoyó sus manos en la pared.

— ¿Y tú solo lo afrontaste sola? — asentí otra vez, me abrazó.

—Sé que no di señales de vida, lo siento, pero necesito estar sola— el asintió y se fue a la puerta— ¿puedes después traerme la tarea? Vamos a estar en época de exámenes y lo único que puedo hacer es terminar la secundaria— asintió devuelta.

—Sam, te quiero y si necesitas algo solo— hizo la seña del teléfono.

—Ok— cerré la puerta.

Christian.

Samantha no vino de nuevo a la escuela, debo admitir que me preocupa y me importa. No sé si ese tipo, el idiota se la llevo o le está haciendo algo.

Vi a Alex, su mejor amigo, pase por al lado y deje de caminar.

— Sam, ¿sabes como esta? — él se dió la vuelta.

Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora