Capitulo Quince.

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Al llegar a mi casa me senté en el suelo, apoyé mi espalda contra la puerta. Una silueta de animal apareció por mi balcón, Rue. 

Me levante rápido, abrí la puerta del gran ventanal y ella entró a mi casa.

La gata de mi pequeña hermana.
Si, olvide mencionar que tenía una. Antes de que se la llevaran al hospital, Am y Greg le habían regalado una pequeña gatita gris con ojos amarillentos. Le di leche, era lo único que tenía para un gato.

Fui a darme un baño, rápido. Luego de secar mi pelo, me vestí con un pijama gris. Tenía que hacer trabajos de Matemática, y todo lo que pasó en estos días me he olvidado de hacerla.

Vibro mi teléfono, revise y era el, con una foto de la tarea y un mensaje.

"Necesito ayuda :(" — Christian, 21:24 p.m.

Rodee mis ojos y seguí haciendo mi tarea.

Ha pasado una semana que no hablé con Christian, ni con Alex. Sólo cruzábamos miradas. He salido con Dylan y Aly, al cine y de compras. Aunque a él no le gustaba, se quedaba viendo como nosotras nos probábamos ropa.

Era sábado a la noche, quería pasarlo sola en casa viendo alguna película o serie en Netflix. Serví en un tarrito y comida de gato que compre el jueves, también puse a hacer palomitas de maíz. Rue fue rápida al atacar su comida, ella me hacía acordar tanto a Mia.

Vikings, esa serie era perfecta para este Sábado de Netflix. La amaba, amaba a Ragnar y a Lagertha, sin olvidar a su hijo Bjorn.

Una llamada hacia el departamento hizo que me despierte.

—Alo— respondí con la voz media ronca.

—Samantha, hay un chico medio borracho aquí abajo— era el de recepción— grita tu nombre, y no dice más que eso.

¿Quién será?

Mire la hora en mi teléfono. 03:34 a.m.

Dios.

Me puse una campera larga, salí de mi departamento hacia el ascensor. Cuando ya baje y se abrieron las puertas, vi la cara del señor, estaba agotado.

—No sé cómo logre calmarlo, solo está sentado— estaba en el suelo, apoyado en la pared, su cabeza estaba inclinada, era Christian. Camine hacia el a pasos lentos, estaba balbuceando cosas, escuchaba "Sam, Sam, Sam" repetidas veces.

—Christian— me cruce de brazos, mi cara cambio a una de preocupación. Tenía un moretón en su ojo izquierdo y además tenía sangre seca a la esquina de su labio.

¿Por qué se peleó? No lo sé, no es problema mío.

Suspire y el abrió sus ojos, me miro, se levantó y se tiró encima mío abrazándome.

—Te extraño— susurró, busque en sus bolsillos su celular.

Intentaría contactarme con uno de sus amigos y que lo vengan a buscar. Mierda, tiene contraseña. Suspire de nuevo.

—Iré a llevarlo a mi departamento— le digo al señor que desde su puesto miraba la escena preocupadamente, puse un brazo encima de mi hombro.

—Te ayudaría, pero...— señalo su puesto, asiento con la cabeza y voy adentrándome al ascensor.

—Te extraño Samantha...— lo mire, movía su cabeza de atrás hacia adelante lentamente, tenía los ojos cerrados.

Ya en mi departamento lo acosté en mi sillón de dos plazas, quite su campera de cuero, se hizo una bolita, tan tierno. Agarre una manta y se la puse encima, lo contemple.

Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora