Mi cara debería ser todo un poema. Estaba furiosa. O al menos eso quería creer, por que una chiquita parte de mi, diminuta, estaba feliz porque al final había encontrado un rival de verdad.
Pegue un portazo, y enseguida toda la multitud se callo. Obviamente sabían quien era yo. Me acerque con pasos firmes a Liam, quien me esperaba sonriendo soberbiamente, me plante en frente de el mirándole furiosa. Levante la mano, y hice lo que nadie esperaba.
Se la tendí.
Escuche los susurros y las exclamaciones de asombro por parte de la gente. Este primero me miro confuso, pero segundos después sonrió y me estrecho la mano.
Una corriente paso desde mano hasta mi hombro, haciendo que yo soltara su mano como si quemara. Este me miro extrañado, y miro nuestras manos. Al parecer a el le paso lo mismo, mas no dijo nada.
Me voltee dispuesta a irme.
—Volveremos a correr. —le dije, y me voltee, abriéndome paso entre la gente.
—¡Estaré contando las horas nena! —Me grito cuando estaba apunto de montarme en mi auto.
Sonreí para mi misma. No sabia que esta parte juguetona de Liam existía.
Me gusta.
Me metí en el coche, y salí de ahí. Ya no tenia nada mas que hacer en ese lugar.
{...}
Llegue a casa cansada. Y frustrada. Si, frustrada. Frustrada porque no pare de repetir las palabras del inepto de Liam en mi estúpida y terca cabeza.
- ¡Estaré contando las horas nena! -
Ese nena me tenia loca, mareada. La forma en que sus labios saborearon la palabra, la exquisitud con la que lo dijo, me tenían idiota. Y podría estar sonando como una completa loca, pero así era como me sentía.
No se lo que me esta pasando, pero algo me dice que lo mejor sera alejarme de Liam por un tiempo para que estas idioteces se me fueran de la cabeza. Porque si, no eran mas que idioteces.
Mas al parecer, dios no quiere ayudarme. Me acababa de llegar un texto de Alek avisándome que los tres innombrables se quedarían en su casa. Por lo tanto en el mismo edificio que yo.
Tire el teléfono, y cayo no se donde. Me tire en mi cama, y aplaste mi cara en la almohada, solté un grito de frustración, seguidos de pequeños cabezazos.
Decidí no darle mas vueltas al asunto, y me acosté a dormir. Sin cambiarme caí en los brazos de Morfeo.
{...}
Me levante incomoda, ya que un pantalón vaquero para dormir no era lo mas cómodo para dormir. Me desnude y me metí a la ducha, ya de paso aproveche para quitarme el maquillaje.
15 minutos después ya estaba afuera. Bastante rápido, a decir verdad, pero cuando estaba en la ducha, sentí una mal presentimiento, y una opresión en el pecho me hizo salir mas rápido de lo que me hubiera gustado.
Me vestí rápidamente, use un pantalón negro roto, una camisa lisa negra de mangas largas pegadas, mi chaqueta de cuero blanca, mis Vans de tobillo blancas, y mis gafas de sol redondas.
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IVÁNOV
AçãoSoy Astrid Ivánov, nacida en San Petersburgo, Rusia. Hija directa de Dimitry Ivánov, jefe de la Mafia Rusa. Me mude con esperanzas de cambiar mi vida y de dejar la Bratva atrás, pero lo que no sabía era que me encontraría con alguien peor que yo, a...