Soy Astrid Ivánov, nacida en San Petersburgo, Rusia. Hija directa de Dimitry Ivánov, jefe de la Mafia Rusa.
Me mude con esperanzas de cambiar mi vida y de dejar la Bratva atrás, pero lo que no sabía era que me encontraría con alguien peor que yo, a...
Por fin era viernes. Lo que significa que hoy habían carreras. Pero por lo que he escuchado no de las normales. Dos bandas se jugaban millones de dólares y un coche que ellos elijan, ah, y no olvidar, se ganan el territorio. Si bastante jodido he de decir. Dicen que son las mayores bandas de Los Ángeles, pero todavía no se cual el el jefe o tan siquiera el nombre de las bandas. Tampoco es como que me importe, me vale mierda. De todas maneras mas tarde le preguntare a Alek.
Nada importante pasó esta semana. Alexey y yo nos hemos hecho más amigos. Luego está Liam, de Liam no tengo mucho que decir. Desde ese dia que le conté parte de mi pasado no he hablado con el. La única vez que lo vi fue cuando se estaba enrollando con una tía en las gradas. El muy estúpido me vio pasar por su lado y ni siquiera un <<hola>> recibí de su parte. Humillante. Parece como si de repente no quisiera ni tocarme con un jodido palo. Frustrante. Pero, ¿qué es lo más frustrante?. Que me importe. Que tan siquiera piense en ello. El hecho que pensé que el seria diferente. Que cuando le revelara parte de mi pasado no correría lejos de mi. No se porque pense que con el seria diferente. El no es diferente. No lo es, el es como todos los demás. Igual de egoísta y mierdas que los demás. Eso es lo más frustrante.
Después de esos 15 minutos en la ducha salí como nueva, y decidi ponerme una camisa de corta blanca con un nudo dejando a la vista mis finos abdominales. También unos pantalones de tiro alto blancos rotos en las rodillas. Mis botas Caterpillar y mi chaqueta de cuero negra con mis gafas de sol.
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Decidí no maquillarme, no tenía la cabeza ni el tiempo para eso. Desayune rápido, me lave los dientes, y sali, usando mi Ferrari.
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Rato después, me encontraba entrando a la universidad viendo a todos parados en la entrada fumando.
Me acerque a ellos a paso lento, dejando a la vista las pocas ganas de estar ahi que tenía.
—¡Wow!.Pareces un zombie hermanita—Se burló Alek.
Lo fulmine con la mirada.
—Callate idiota.
Este alzó las manos a los lados de su cabeza en señal de paz. Todos rieron. Camine hasta la pared para apoyarme en ella, dejando todo el aparcamiento delante mio.
Sentí como me codeaban suavemente. Gire mi cabeza hacia el individuo causante de aquella acción.
Alexey se encontraba a mi derecha, sosteniendo una cajetilla de cigarrillos, en mi dirección.
Normalmente no suelo fumar, solo cuando estoy sumamente estresada, y hoy era uno de esos días. Agradecida recibí uno, y este me lo pendio. Flexione mi pierna derecha, apoyándola en la pared, dejando mi peso en mi pierna izquierda. Le di una calada a mi cigarrillo. Sentí como el amargo sabor de la nicotina se extendía por mi garganta hasta mis pulmones, y volvía a subir, exhalando por mi boca. Se sentía jodidamente bien.
